Cadencias-
caderas, mi profundo río- cuerpo- mío
No digas nada
solo siente el sonido de
nuestros cuerpos,
que se mueven al ritmo del
viento
al viajar en cometas,
chocar contra la luna,
explosionar en la esfera
etérica del universo.
Siente como palpita el
silencio,
como alumbra tu áurea mi piel
hecha de mieles.
Hombre de mil estrellas,
de una sola ahora,
mío- de- mi.
Huele, come, bebe, toma de mí
la leche cristalina,
la carne, músculos, piel,
yemas,
dedos, manos, codos, pies,
muslos, pelvis,
nalgas, ombligo, pechos,
cuello, boca.
No digas nada
me basta con saber que
existes,
toca, vibra con la sintonía
de manantial de río,
cadencias-caderas,
río turbio como el mamoré,
mi ancho, mi caudaloso,
mi profundo río-cuerpo mío
mis entrelazadas piernas
morenas-tuyas.
La pampa verde-miscabellos
que te enlazan, te calientan
mi sol-sol de moxos
que quema tu piel,
suda, llora, gime.
Mis pechos oscuros
como garzas morenas,
que besas, que comes,
sientes volar,
cuando cazas los pezones,
chillo al sentir-vuela al
pasar tu lengua...
Más tarde un delfín rosado
se escapó hacia mi cuerpo,
zambulló en mi, jugueteó.
No digas nada...
me basta tu sonrisa,
después de la travesía
puedo morir en ti
puedo morir así!