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miércoles, 19 de agosto de 2009

Eso también es la vida

Foto del blog los tacones rojos

6.

Pero esta vida que viví me permitió reir a carcajadas
me hizo sentirme vulnerable y a veces cuando mi alma se agigantaba;
tocaba el universo con mis manos;
cuando tu piel se unió a la mía.
Esta otra dimensión oculta: la de las sensaciones
nadie te la puede quitar.

También el haber llegado a lo profundo del dolor
cuando éste rozaba la escala de Dios,
me permitió ser la que soy: un ser diminuto en el espacio
que ocupaba mi cuerpo.
Reir, gozar, llorar,
permitirme ser tierna, apacible, callada
o revolcarme en las pajolientas calles
de mi viejo pueblo.

Acariciar finamente un gato,
llorar cuando alguien se fue,
después comprender que ese dolor también tiene que irse;
comprender que ese ser nada más estuvo ahí por un tiempo
y después se tenía que marchar como todo lo efímero,
eso también es mi vida.

Cuando pienso en el misterio de la vida;
imagino el misterio de la tuya;
yo sé de veras que la oscuridad que te habita no es sino la oscuridad de tu alma,
la pequeñez de tus emociones y habrá que esperar otro tiempo, otro espacio
para amarte y esto es algo que me fuerza necesariamente a meditar.
Porque este tu cuerpo prohibido, secreto, inaccesible, ajeno y temible,
es como una sombra que sólo se siente en lo lejano