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viernes, 19 de diciembre de 2008

No marca, no mancha

Foto cebra de Art Nude
Como rayas negras se han escrito en la piel
los besos candentes de una noche oscura del alma.
Como fuego, como fango, como finas hebras
quedaron en mi
las caricias, pero eso solo es lo imaginario,
porque como dice Sade han quedado marcas
como orgasmo perverso
que no deja huellas, no marca, no mancha
porque es fácil borrarlas
con las marcas de otros besos.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

LOCA DE BESOS Y ARENA

Y LOCA DE BESOS Y ARENA
SUBÍ A LA CRUZ PARA MORIR
DE AMOR

Ayyy amor

Belisimo de Art Nude
Emergiendo de tu cuerpo

Deja amor amado
que mi boca te diga
todo lo que quiere decirte,
que mis manos corran
por el corazón libres!
descalzas.

He imaginado escribir
sobre tu espalda,
sentir que con las frases
el ritmo se acelera,
la voz se agita como tu cuerpo,
frases como paloma
aleteando sobre el plexo
los muslos descansados,
entonación en esta línea,
ritmo allá,
fuego, besos, fuerza,
cruzando el vientre
encendido de espera,
Ayy! la carne se agita,
te he soñado emergiendo
de las hojas blancas.

Imagino el goce,
tu gimiendo,
tu diciendo
precipitando todo el fuego,
entonces me convierto
en canto,
me diluyo en la sintonía
de tus movimientos,
hasta ser uno,
amor, amor.

Ester río incontenible




Una alucinógena foto de Art Nude


Este río incontenible

Ese hombre me inhibe sutilmente
pedazo a pedazo me agravia

Yo que no tengo tiempo de mirar al sol
y dejar que me ciegue
la potencia de miles de estrellas
que lo ayudan a girar,
alumbrar el universo .


Yo que no tengo tiempo
de amar y amar tu cuerpo
y oxigenar mi alma
de este caos planetario.

Voy a cerrar los ojos
verterme en tu cause
en la cadencia de tu cuerpo
en movimiento.


Cruzaré la línea de lo etéreo,
desataré un aluvión de pasiones,
ternuras y embelesos
lejos de la discordia,
del ordenador y estas teclas
que repiten tu nombre.

Lejos de los horarios,
las obligaciones, las críticas,
voy a sumergirme en ti,
beberé del río,
negaré cien veces
los nombres de la rutina
la costumbre y los fracasos,
tomaré tu cuerpo
me inundaré en tu vertiente.

Pero, mirando lo cotidiano
esto suena a utopía,
este río incontenible
no me baña, no me inunda,
no me come,
mi huracán etéreo
llega apenas a tu cause
como aquella estrella
que cayó como estampida
en el firmamento
destrozada en mil pedazos
por el lucero, que eres tu mismo





lunes, 8 de diciembre de 2008

Yo que duermo a orillas de otro cuerpo...

Foto alucinante del blog cóncavo y con sexo
El botón de mis senos


Créeme cuando susurro
en la noche tu nombre
que se viste de escombros, y
sigiloso asoma tu cuerpo
al tocarme, y estremece
de enigmas la piel.


Tus manos tocándome y el cuerpo
se retuerce de placer al pensar
que no necesito de ti,
porque te tengo.


Has traspasado los límites
de la mente,
has llenado de silencio
y has visto crecer
el botón de mis senos…
Creo que de nada sirve luchar
contra esta caricia
abrasadora que recorre la piel.


Ni el tiempo ni el destino
ese arbitrario cruel
que avanza como una avalancha,
ni la verdad, esa cruel viñeta de la vida.

Ya mucho más allá del plano físico
existe un territorio:
la geografía de tu cuerpo,
el mapa que traza sutilmente
los límites
entre lo que es y lo que fue,
un laberinto casi mítico,
donde es posible ser feliz.

Todo el ritual pasa una y otra vez
en el reflejo de la soledad: tus ojos,
tus cabellos, tu boca
que se torna loca, que me aloca,
que sube hasta las lunas
que besa, que lame,
que bebe la miel,
el elixir del placer que se escurre
sobre tus dedos que resbala,
que encandila, que penetra
y me sumerge en el río,
navegando más allá y
de este lado te poseo,
mientras juegas con otra mujer
los juegos de la resignación
porque fuiste cobarde,
porque creíste que no era,
que no servía, que no podía,
pero ya ves, sigo viva
y aún de lejos hago que tu cuerpo
reviva día a día la sal,
la sazón y esa entrañable ternura de la tarde.

Me gustaría que creyeras
que esto es el triste juego de las compensaciones
con que consuelo tu partida.
Yo que duermo a la orilla de otro cuerpo
tengo miedo amor de caer en el abismo.


Yo que duermo a la orilla de otros brazos
disfruto en otro y pienso en vos.


Tu que sueñas amarrado a otras manos
tienes deseos de mi
y te hundes más y más.


Guárdame en tu pecho

Foto candente sacada del blog de los tacones rojos
Me diste la ternura
la pasión el embeleso
las noches coloridas
el terrón de azúcar- miel,
el sueño del alba,
el sentir de la piel.

Las manos- el dorso desnudo,
pero también la tristeza del domingo,
la mano endeble perdiéndose,
el café frío en la noche de invierno.

Ahora me doy cuenta
que acercando mis sentidos a ti
tu me envuelves…
te fundes como la hiel en un fruto amargo,
y el olor de la selva que te nombra.

Un atardecer en la moxitania,
el sol perdiéndose en la noche,
los nombres de otros nombres
que te nombran
un silbido de pájaros.

Ay! Amor
todo sobre ti vuelve a tocarme…
vuelvo a sentir el galope
de mil potros correteando en la pampa verde
verde río.

Ven! líbrame de la noche insomne
de la muerte…
Sumérgeme en tu caricia,
retiéneme en tu pecho.
Haz un hueco en tu corazón,
guárdame, guárdame en ti
como un tesoro.


jueves, 27 de noviembre de 2008

Estos días no podré actualizar el blog, pero la otra semana tendré más tiempo, les mando alas de mariposa para que se lancen a volar en el infinito.
peca sélum

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Terrones de azúcar negra esparcidos en mi dorso

Quisiera tus manos deslizando su ternura en mis cabellos.
besos en la espalda posándose - mariposa dormida-
terrones de azúcar negra esparcidos en mi dorso
y un oso -luna dibujando la geografía de mi cuerpo.
Sin embargo existe dolor en el vientre
que no permite asimilarte del todo,
el placer no cabe, ni la ternura
porque así me dueles en la carne,
porque así me impactas en la densa materia del cuerpo.
Estoy sanando cada célula de llanto, cada espasmo, jadeo
y contracción, que son el reflejo de la cruel
ceremonia del olvido.
Aún queda el regateo
esa cruel mentira de la nada,
porque quiero cosas raras y sensillas de ti,
que andés conmigo,
que seas la primera hoja de otoño
dejándose arrastrar por el viento
convirtiéndose luego en alfombra naranja.
Quiero una oleada de ternura
que estremezca mi alma,
Cosas como algo de frágil y astuto
hadas de fuego quemándome
- ardiendo tu y yo-
esa caricia que me permita olvidar
este tiempo hostil, duro, caótico
para saver que todo lo llenas tu
todo lo llenas.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Leviatán dormido

Una foto del blog Tacones Rojos y un poema para quitarme el velo de maya

Tiempo de vanos discursos
de retórica e improvisación,
donde se desnuda el alma
de hombres sin rostro,
con escamas y lepra.
El giro de la tierra
los está anulando,
se nota a leguas
cómo han vuelto a comer
su propio vómito,
como perros hambrientos
olfatean la nada,
buscando de que árbol asirse.

Un tiempo a la deriva
sin tiempo, sin amigos
una época sin patria,
días que parecen noches,
hombres que parecen
murciélagos,
un viento helado
que corta como silex.

El río trae basura
fluyendo indiferente
y la patria parece
un leviatán dormido.


jueves, 13 de noviembre de 2008

No me perdones nunca

Me niego a entenderte y a perdonarte
maldigo cada letra de tu nombre,
tus manos, tu ser, tu alma,
cada gesto tuyo que en su momento
fue luz, magia, armonía
hoy ya no es más.
No creo en tus ojos,
no creo en tus pretextos,
ni en tus ojos.
Saca tu máscara, atrévet a ser tu,
muéstrate cual eres
aunque este adiós corte como silex
arranque el alma,
prefiero esta cuchilla
que se clava como en la res
del matadero
y a borbotones la sangre aparece,
rasgan el cuerpo y laceran.
Pero así lo prefiero,
no necesito excusas,
ni promesas,
ni palabras dulces,
ni migajas, vete al infierno!
Total abrá alguien detrás
esperando y volveré a gozar
en otros brazos
y me hundiré remota en otros cuerpos
y dire "te amo" "piérdete en mí"
"quiero dormir por siempre dentro tuyo",
repetiré frases y a lo mejor inventaré otras
más intensas, o más calmadas, ¿quién sabe estas cosas?
Gozaré mejor, más pleno
más intenso, más loco.
Por eso para qué mentir
pues aunque el duelo dure años, o dure días
igual mi odio hacia ti
permanecerá como un gigante,
igual que una bandera,
y me perderé feliz en otras pieles.
Por eso no me perdones nunca!
no me des tregua, ni me des descanso,
no me des miserias.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Unidos al fin

He sentido en mi espalda
caer el cabello en ondanadas
el viento acompañando la brisa de noviembre,
la cadencia, el ritmo,
la noche de nuestros cuerpos acompasados
gozando ad infinitum.
Mis pechos rozan alcanzando el éxtasis
o la sombra. Todo va más allá del goce,
va ligado al extremo del ser.
He sobrepasado los límites
de los sentidos físicos
y creido poseer en ti el cielo.
¿Fuiste tu? ¿Fuimos los dos?
La noche pasa mientras la neblina cae
sobre la ciudad dormida.
La noche pasa mientras
engendra la tierra margaritas.
La noche pasa mientras tu cuerpo
siembra en mi lo inusitado,
lo sublime, lo cruel, la sorpresa,
el asombro, las estrellas.
A lo lejos mi corazón se contenta
y digo tu nombre.
Mi cuerpo estalla y digo que es bueno,
tu cuerpo estalla y digo es no es absurdo
no es vacío, no es vanal.
Tu y yo absortos
unidos al fin. Pese a todo.

Soy extinguiéndome en ti


Déjate seducir esta noche
apaga la luz. Desnuda tu cuerpo,
huele este aroma que te lleva a otro aroma
el de mi alma.

Siente la piel sin restricciones
toca, come, observa, hazlo asi!
quiero – dices- que me desnudes lentamente,
voy subiendo desdeelpiehastaelalmadesdeelalmaati
suavemente como un sueño,
voy deshojando los pétalos de tu cuerpo
que se abre a mí,
las caderas se ensanchan, tus pupilas se dilatan
ya no escucho tu voz, solo el jadeo.

Dices que ya no te toque,
que solo respire en tu cuerpo,
voy respirando, recorriendo
mis manos no soportan la cercanía,
se deslizan, no obedecen,
siguen el ritmo de las respiraciones…

Soy un río que se desborda
que avanza como una avalancha
tu, mi contencióin,
dices que es esto es supeior a todo…
respondo con mi cuerpo.
dices ven que queiro amarte ahora,
revolcarme en ti, me aprisionas y vuelo en ti
me sumerjo,
ya no soy agua desbordada de río,
soy brisa que cae al atardecer
tocando apenas,
extinguiéndome en ti
fundiendome en tu alma.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Sucia de besos y halagos obscenos


Ya no serás sombra, viento, nada
ya no serás en mí las ganas,
el desgarro, el sentimiento,
serás solo nada: crepúsculo, ocaso.
te irás perdiendo como aquellos
que mis manos tocaron y no entendieron nada
serás solo eso nada!

De cuando en cuando y en la distancia
asomará tu calor mojándome,
enloqueciéndome, diciendo, gimiendo,
susurando: quieroperdermecontigo
vamos! ¡ piérte conmigovamos!
déjateirdéjateirabandónate
quierorevolcarmecontigo
suciadebesosyhalagosobscenos.

No quiero llegar nunca al éxtasis
sino alargar el placer adinfinitum
abandonada al goce
trascendiendo al cuerpo y al espíritu,
plena, libre, largamente…
Vibrando entera toda yo, todito tú.

Anda amor amado, dime que sí
dime que sí, dime que sí vendrás a por mí
que me enloquecerás como solo tu sabes hacerlo.
bebiendolospechostocandolaaureola
confundiéndoteenlageografíademicuerpo.
Dibujando la redondez del ombligo
del ombligo al pubis, al plexo solar,
Subiendo luego al tórax, el cuello y los labios
¡ayy! los labios carnosos
que no callan, que solo te rozan
te embriagan y enloquecen
¡ayyy! de nosotros amor amado
¡Ayyy de nosotros que nada más eso somos
una nada que a otra nada nombra!.



sábado, 1 de noviembre de 2008

Me diste la ternura

Me diste la ternura
la pasión el embeleso
las noches coloridas
el terrón de azúcar- miel,
el sueño del alba,
el sentir de la piel.

Las manos- el dorso desnudo,
pero también la tristeza del domingo,
la mano endeble perdiéndose,
el café frío en la noche de invierno.
Ahora me doy cuenta
que acercando mis sentidos a ti
Tu me envuelves…
te fundes como la hiel en un fruto amargo,
y el olor de la selva que te nombra.

Un atardecer en la moxitania,
el sol perdiéndose en la noche,
los nombres de otros nombres
que te nombran
un silbido de pájaros.

Ay! Amor
todo sobre ti vuelve a tocarme…
vuelvo a sentir el galope
de mil potros
correteando en la pampa verde
verde río.
Ven! Líbrame de la noche insomne
de la muerte…
Sumérgeme en tu caricia,
retiéneme en tu pecho.
Haz un hueco en tu corazón,
guárdame, guárdame en ti
como la niebla.

Trae el cielo a la tierra y la habita


De vuelta a la noche
donde dejé un rato
viajar la memoria
y agarré un cometa
que pasó fugaz por mi ventana,
bebí un vino rojo
escuchando a kítaro
bajo el alero
de los cuadros de Klim,
y esa luz difusa
de la lámpara con personajes
deformes de la Ejti Ejtih
donde cuelgo mi piel.

Acrecenté la nostalgia y viajé
por ese territorio que es tu cuerpo,
ví tendida la piel y acerqué mis labios
besé tantas veces
que respondió el asombro
tu cuerpo doblándose
retorciéndose de placer
e hice sobre ti el sacrificio
de gritar tu nombre al viento
de recoger luego del éxtasis
la sensación exacta que trae el cielo
a la tierra y la habita.

En todas las formas te hallé


Dios! desde todos los puntos
veo la ciudad dormida
en un caos planetario.

Dentro de todas las formas
te hallé.

No existe más el miedo,
las sombras, el túnel
ni el bajo mundo que antes
percibí.

Es de noche y nada me impide
cerrar los ojos y unirme a tu ensueño.
Todo es fácil al trasponer
el umbral que nos separa
ya que no tengo miedo
de bajar al abismo
y escuchar la siniestra furia
de ondinas y salamandras,
agua y fuego juntos
la tierra sacudiéndose
en un espasmódico
orgasmo
girando el eje y acomodándose
a la polaridad de los Andes.

Ven! haz que desgarre el velo!
quiero confesarte mis infamias!
De la interminable boda de lujuria y deseo,
del vino, de los hombres que nunca tuve
pero que amé,
su elixir.

Del mal que me atrae,
me envuelve, me domina,
que ya expié al amar como nadie.
Que pagué la pasión, el placer
la locura, la interminable boda
de lujuria y fuego.

Amé a los hombres que pude
quienes me enseñaron del dolor
el llanto, la sangre, la noche
y un alma pequeña oculta
dormida aún en sus corazones
y sin embargo en cada uno de ellos te hallé!

Rasga mis vestiduras
tómame fieramente,
que en mi piel queden marcas de tu deseo ferviente...
Ríos de pasiones desbordadas recorren mis caminos
y te llevan silentes a cascadas de pasiones ocultas,
mis mares contenidos...
Nada en mis aguas sin prisas,
ni sentido. Solo déjate ser caricia,
sé de mi piel oxígeno.
Que yo respiraré de tus ansias,
tú profundizaras en mis abismos...
Tómame como quieras,has de mi piel tu sino.
Y después que me ames ya no serás el mismo...
Anonimus
Soplaré suave para que la luz llegue a ese túnel
donde habita solo la oscuridad y el miedo
En ese cuerpo esculpido por los dioses
haré un pozo para que emane sal
azúcar, miel, terroncitos de luna llena.
Acurrucaré mi cabeza sobre tu espalda
y mis cabellos largos se desplegarán
sobre tu piel
y te cubrirá todo.

Lame

Fotografía Del blog Deseo en la Piel
Abrázame con un abrazo intenso,
bebe la miel,
lame, vive, muerde
el sudor que mi cuerpo destila
cada vez que te amo

LAS hIJAS DE DYANGO- CUENTO

Fotografía del blog art erotic


Las Hijas de Dyango, es el cuento más famoso que escribió Roxana Sélum Yabeta, en este primer capítulo, se narra en general sobre las tres hermanas Calcuta y Ernestina Flores - la madre- en lo que va de la semana, se irá describiendo lo que hace cada una de las Hijas de Dyango, sus amores, sus pasiones, los juegos eróticos que practican y los hombres que mueren por ellas. Imperdible!!!!!



Capítulo 1
Nacieron dispuestas para el amor estas tres hermans, en un lugar habitado por el verde de los árboles y por el calor insuperable del verano tropical. Hijas de un padre clandestino del que sólo se supo su sobrenombre - el Calcuta- quien pernoctó una noche de tormenta en el pueblo, pues iba de paso. Supo de la casa de placeres de Ernestina Flores y dejó su huella innegable en esta mujer querendona que lo único que sabía hacer, era el amor, porque es lo más fácil decía: abbrir las piernas y menearse como hamaca!.

Se iniciaron pronto en los afanes de la pasion y de sus artes, filosofía que aprendieron de la propia madre, porque constantemente repetía: cobren, disfruten y hagan felices a los hombres.

No fue necesario enseñarles nada, porque todo lo aprendieron en la escuela de guerra de la vida. Ernestina Flores jamás trató de ocultarles a sus hijas lo que hacía, ni escapar a sus inocentes miradas. antes de aprender a leer o escribir, ellas ya sabían cuándo el hombre está exitado, por qué las pupilas se dilatan, la respiración se les acorta y despreden un olor a animal salvaje. Se ganaron el apodo de las "hijas de dyango porque tiraban a matar2 dicho que fue pronto confirmado no sólo por lo insólito de sus quehaceres, sino por los líos que más tarde armarían en el pueblo.

Organizaban buris en el patio de la casa tomando culipi barato, también juegos al pato enterrao al estilo romano y a la gallinita ciega. todos los premios se pagaban en buena ley, el premio maor era acostarse con las tres hermanas, cosa que muy raras veces ocurría. La entrada a la velada costaba sólo diez reales, bailaban hasta el amanecer, todos los hombres del pueblo asistían a las jaranas. No hubo uno sólo que escapase a los encantos de las muchachas; las mujeres las odiaban, ellos las adoraban.

Las Hijas de Dyango tienen que trabajar para comer. No dejan nada en su sitio. son como un torbellino de pasiones, no respetan ni solteros, solterones ni casados. Tienen el color del sol en su piel aceitunada, el sabor de la miel en sus pezones que como granada madura se abren al primer roce.

Con el aire tropical en sus cabellos y el vaivén del río en sus caderas, conservan esa candidez de niñas perdidas por el vicio; sin embargo son tan adorables en su entorno, en sus contornos, en ese mundo gris y sin retorno.


A las yeguas más hermosas del corral se parecen. sus muslos son como peces frecos que nadan y coquetean en el río, sus pechos, son como fruta fresca, y dicen que son malas, ¿já! los que dicen que son malas, no saben cómo hacen temblar de pasión sus embelesos
.
Cap. 2
Mariel Calcuta
A Mariel Calcuta se le fueron las piernas de purito enredo pasional, aquella noche que dejándose amar por José María roca lo ahogó en el acto. Ella sentada al borde de la cama, él de rodillas lamiendo su fruto jugoso, las piernas entrecruzadas alcuello del hombre, en pleno éxtasis perdió los estribos, lo ahogó con su entuciasmo. Reaccionó cuando vio que el hombre no se movía y aflojó el arma asesina, en vano fueron las respiraciones boca a boca, los pañitos mojados con agua fría y los gritos de la madre y las tres hermanas, el sujeto gozó hasta el fín. José maría roca murió en el campo de batalla, lo que permitió que la casa de placeres de Ernestina Flores se haga famosa, donde parecía habitar el mismísimo demonio.
Ocurrió entonces que, agobiado por la soledad, los achaques de la vejez, don Zoilo cortez supo de los prodigios maravillosos de estas mujeres y fue a morir a la cama de Selva Calcuta, preso de un atque cardíaco. Abusó de su salud y de su edad pero pensó "más vale morir gozando que vivir recordando".
Murió esa misma noche, su corazón no estaba para resistir esos trotes. sin embargo, como adivinando su destino y como pago, llevó de regalo a la mujer de sus sueños, un cofrecito lleno de condecoraciones de guerra y libras esterlinas, las mismas que Selva arrinconó y nunca jamás en la vida las usó por los recuerdos ingratos de aquella fatídica noche.
Por último, a Isabel Calcuta se le fueron las manos cuando un visitante, desconocido viajero, se negó a pagar su cuota de placer y fue echado como Adán del paraiso, desnudo y a la fuerza. Quería seguir tomando sin pagar ni un solo real, isabel en un arranque de furia agarró la tranca de la puerta y za! en la nuca. Murió en seguida con los ojos abiertos al cielo clamando misericordia. no hubo persona alguna que reclame su cuerpo. dicen que su alma anda vagando y en noches de luna llena se lo escucha llorar. Las viejas beatas no le dan misa porque no saben ni su nombre, solo lo recuerdan como el muertito errante o el deudor ambulante.

Las hijas de dyango tienen el alma curtida por el flete continuo de su cuerpo, tienen el color de la luna en sus caderas, el color del sol en sus nalgas de fuego y dicen que son malas. Quienes dicen que son malas, no saben cómo hacen saltar de amor sus prodigios y embelesos.
Selva Calcuta
Selva Calcuta, tiene el alma curtida por el flete continuo de su cuerpo. Posee la mirada dura y el corazón abierto. Sus muslos larguísimos y dorados son semejantes a las palmeras que erguidas desasfían al viento. el frío de las noches invernales y el hambre, le arrancaron de cuajo las esperanzas de casarse un día y pertenecer a un solo hombre, prefirió ser deseada y admirada como una de las mujeres más hermosas de la región.
Ella es quien organiza las veladas, es la anfitriona, tiene la mente ágil para organizar diferentes concursos como "la gallinita ciega", "el pato enterrao" o la "danza árabe". La gallinita ciega es un juego simple pero perverso, como diría luego de eperimentarlo un lugareño. consiste en pintar en la pista de baile un círculo grande con harina blanca, alreadedor deben colocarse quince hombres desnudos y con los ojos vendados. Vendrá bailando una de las hermanas Calcauta desnuda y bañada todita en aceite de almendras, ella, seducirá alos hombres acercándose insinuante bailando al son de una tonada, ellos a su vez tratarán de agarrarla sin salirse de la marca blanca, quien pase la marca blanca, sale del juego y paga 50 reales. Poco a poco, ella irá eliminando a los concursantes, deslizándose como un pez, se quedará con el hombre más astuto, si este resiste la prueba.

viernes, 31 de octubre de 2008

De rodillas

Justo ahora se me viene todo el amor de golpe
cuando me siento triste y te siento lejano. P. Neruda

Entrevista a Roxana Sélum por Kate Leonard

Tu libro, D-Efectos especiales ha sido un verdadero éxito en Bolivia. Es difícil encontrarlo en las librerías porque la edición se ha agotado.
Sí, el libro fue vendido rápidamente, fue un fenómeno inusitado en el país, ya que normalmente los escritores venden muy poco o regalan sus libros entre sus amigos y ahí queda la cosa. Este fenómeno de la venta rápida del libro se debe al trabajo de lobby que hicimos con el editor. Visitamos medios de prensa, enviamos faxes a radio, prensa y televisión, invitamos a muchísimas personas, abarcamos en nuestra lista de invitados a personas de toda índole, fuimos más allá del reducido círculo de los escritores. Vendimos puerta a puerta con promotoras de venta y obviamente el tema vendía mucho, pues era la primera vez que dos bolivianas se atrevían a lanzar sus obras con el rótulo de "cuentos eróticos contados por mujeres". En las invitaciones y en las entrevistas fuimos muy agresivas, hicimos todo muy bien hecho, entonces fue un éxito.

Hablemos de la temática del libro.
Tiene lenguaje o estilos diferentes de narrar. La temática es sobre mujeres, mujeres solas, prostitutas, abandonadas, mujeres, siempre mujeres. Algo que se repite mucho es un lei motif ue es la mujer dejada, la mujer abandonada, pero la mujer que siempre después de eso saca una lección de esa amargura, de esa desazón digamos, de la tristeza que el hombre le ha dejado. El libro está dividido en dos partes: una de temas netamente eróticos y otra de temas de mujeres, que nada tienen que ver con el erotismo.

¿Cuándo empezaste a escribir el libro?
Ese libro lo empecé a escribir en la universidad el año 1986, allí había un escritor que nos enseñó las técnicas narrativas. El taller de redacción me dio las pautas, el talento ya lo tenía, los cuentos los tenía escritos algunos, pero de ahí para adelante nada me paraba para crear. Este señor luego dio otros talleres, de estilo literario, y se daba mucho para la creatividad. Ese semestre en 1986 escribí una novela, La tierra sin mal, aún inédita. Ese semestre descubrí que el cuento era lo que más me gustaba hacer.

¿Cuál ha sido tu formación educativa?
Estudié administración de empresas en Cochabamba, pero nunca ejercí. Estudié la primera carrera sin ningún interés, lo hice presionada por mi padre. Era una carrera que no me gustaba para nada pero no tenía alternativa ya que mi papá financiaría mi educación superior y no había modo de desobedecerle. La segunda carrera que estudié fue Comunicación Social en la Universidad Católica aquí en La Paz. Tiene bastantes áreas en su currícula educativa, materias que me gustan (tiene prensa, radio, televisión, periodismo de investigación, comunicación y desarrollo, redacción periodística, y muchas otras), entonces cada cual se especializa en el área que desee hacerlo, y la especialización te la da la experiencia en el trabajo cotidiano. En el tiempo que yo estudié, que fue hace cinco años, no existía una especialización en la universidad, eso lo lograba cada persona desde su experiencia personal y desde el área que le gustaba hacerlo. Yo me dediqué específicamente al área de comunicación y desarrollo, entendiendo este desarrollo desde una perspectiva más integral, holística, donde desde la comunicación educas, informas sobre determinados temas claves para la mujer, su desarrollo personal, su autoestima, sus derechos, el trabajo, la educación, la salud, es más bien un periodismo para la vida, muy comprometido con las interlocutoras que en este caso son las mujeres. Esto no quiere decir que no me gusten los hombres, también trabajo en el tema de las masculinidades desde una perspectiva de género. Entonces yo, desde el momento que egresé, empecé a trabajar en ONG sobre el tema de la mujer y siempre estuve trabajando en ese campo, desde hace como cinco años.

¿Me puedes explicar como funcionan las ONG´s en Bolivia?
Sí, tienen diferentes políticas, diferentes formas de trabajar. Existe un avance del movimiento de las mujeres muy fuerte y fortalecido, fruto de ese trabajo es que existe desde 1993 la Subsecretaría de Asuntos de Género, institución que desde el Estado es la encargada de generar políticas de igualdad en todos los programas y proyectos del Estado Boliviano. Yo me dediqué más al campo de la mujer. Algún tiempo trabajé en el ámbito de la educación también.

¿Qué es lo que haces exactamente? ¿Puedes describir el trabajo?
Es un proyecto del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y la Subsecretaría de Asuntos de Género, cuyo objetivo principal es hacer advocacy sobre las Recomendaciones de las Cumbres del Cairo y Beijing en dos ejes principales que son derechos sexuales, salud reproductiva y participación política de las mujeres, también sensibilizar sobre el tema a autoridades de los municipios, a periodistas y a concejalas. También trabajo en capacitación a periodistas de todo el país sobre el tema de género y comunicación. Son personas que no conocen sobre el tema, que no están sensibilizados y que juegan un rol clave para incursionar con el tema de género en las políticas públicas del país. Capacitar así a cien funcionarios, hacer talleres de sensibilización con ellos, ése es uno de nuestros públicos y el otro es al poder local o los municipios, treinta y cinco municipios en todo el país. También produzco material educativo, de información, cartas informativas, manuales, boletines, realizar artículos sobre este tema

¿Has publicado muchos artículos sobre estos temas?
He publicado bastante. He publicado antes cuando trabajaba en otros lugares, en otra institución. He publicado manuales y libros referidos a la temática de salud reproductiva y género y sobre género y comunicación, algunos de ellos están en imprenta. Los artículos han sido muy retadores, agudos, cuestionadores sobre la participación de la mujer en política, la cuestión del lenguaje sexista, la participación de la mujer en la productividad, etc.

¿Hablemos de tu infancia. Naciste en Beni, ¿no es cierto?
Sí, en Beni, en un pueblito, San Ignacio de Moxos. Es mágico. Si no fuera de un pueblo no sería como soy ni tendría esa chispa. Me identifico totalmente con la mujer beniana: alegre, dicharachera, reilona, bromista. Viví allá hasta mis 17 años. Es un pueblo super chiquitito y que no llega a más de 8.000 habitantes. Es zona tropical, verde río, verde pampa, de calles pajolientas y cuando llueve una puede respirar el olor de la tierra mojada, o cuando llegas de La Paz al Beni, puedes sentir ese aire caluroso, el sopor del sol calenturiento. El Beni es uno de los nueve departamentos de Bolivia. Trinidad es la capital. Mi pueblo está a 90 kilómetros de Trinidad, pero yo soy esencialmente mujer de provincia, de pueblo, eso lo llevo en mis venas y lo transmito en muchos de mis cuentos.

¿Tienes memorias especiales de tus años en el Beni? )Qué influencias tienes de tu vida allá?
La influencia más cercana y de la cual tengo memoria son las historias que nos contaba la abuela Eufemia. Nos contaba casos, cuentos de miedo, historias de gnomos (allá les llamamos duendes), del "carretón de la otra vida", "del perro encadenado" y muchísimas otras historias que yo ahora las denomino "cultura del terror". Eso pasaba a mis cinco años. Más tarde como no existía otra diversión, ni había luz eléctrica en mi pueblo, ni había televisión en Bolivia (te hablo del año 68 más o menos), entonces nos reuníamos como diez niñas del barrio a contar cuentos, historias, que nos inventábamos, nos sentábamos en la calle o en el corredor de las casas, como las casas tienen corredores amplios, hacíamos un redondel y charlábamos, inventándonos historias, o simplemente repitiendo cosas de la literatura oral que es muy rica en tradición. Por ejemplo, la historia de aquel hombre que se convirtió en ave y su lamento ahora es muy triste porque su mujer se perdió en la selva y él se convirtió en el Guajojó. Es un ave que en la vida real tiene un canto lastimero y triste. Cuando él canta se lo asocia a desgracias, a muertes, debido a su leyenda. Las niñas de ahora ya no hacen lo que yo hacía, ahora ven televisión y telenovelas, no creo que hayan perdido la inventiva, la creatividad, tienen otros valores que a lo mejor son interesantes. Tengo una sobrina que vive rodeada de amigas, y un día cuando pregunté por qué la buscaban tanto, porqué era tan cotizada, una de sus amigas me dijo: "Es que ella es increíble para inventarse cuentos!" A mí me encantó la idea y empecé a mandarle libritos para incentivar su creatividad, y me fascinó la idea de que la costumbre no se ha perdido, la inocencia, la maravillosa travesía de nacer en un pueblo como el mío. Es un lugar de características particulares. Bolivia es muy diversa, el estereotipo que se maneja de la gente del Beni y en muchas situaciones es la realidad, es que las personas son amables, cálidas, buenas, cariñosas, espontáneas, tranquilas, y también otra característica es que todo se sabe hasta lo que respiras, todo es transparente, es como vivir en el aire porque todo se sabe.

Además de tu abuela, ¿cómo son los demás miembros de tu familia?
Soy descendiente de libaneses en segunda generación. Mi abuelo Juan vino del Líbano, de Beirut y se casó con mi abuela Fabriciana. A él lo conocí apenas, casi no hablaba bien el castellano. Sólo tengo la imagen de un hombre de cabellos blancos vestido con un terno de casimir de color negro y un sombrero que jamás se lo sacaba. A mi abuela no la conocí. Ella murió de viruela a los 30 años. Papá me contaba que fue una mujer muy bella con un rostro perfecto. En esa época no se permitía enterrar a las personas que morían de alguna peste y en aquella época la viruela no tenía cura. La gente se moría y era discriminada, mi abuela fue enterrada en un lugar alejado y jamás encontraron sus huesos. Los hijos estaban demasiado pequeños, nunca supieron dónde fue enterrada porque ese sitio era monte. Eso respecto a mis abuelos paternos.
A mis abuelos maternos los recuerdo también muy poco. La abuela Eufemia en realidad no era mi abuela, sino la abuela de mis vecinas Denny y Lizarda con quienes pasé la mayor parte de mi niñez. Mi abuelo Carlos tenía la cabeza blanca y murió cuando yo tenía 17 años, era un abuelo común. Mi padre era un hombre renegón y cariñoso a la vez. En toda su dureza dejaba entrever un caudal de ternura siempre, siempre me elevó la autoestima, me hizo creer que era una mujer que lo podía todo, inteligente, bonita, audaz. Después con los años me di cuenta que yo era tan vulnerable como cualquier persona, y que el exceso de autoestima y egolatría no son buenos para nada, la vida se ocupó de enseñarme que no debería ser así y cambié completamente. Ahora soy una persona humilde. Mi madre es más grande de lo que yo me imaginé. Es una mujer noble, dedicada a Dios, a sus hijos, a la casa. Es la típica madre tradicional que conocemos todos, trabajadora y fuerte. Pero su valor radica en esa capacidad que tiene para aguantarme ahora como si yo fuera su madre. Desde la distancia nos contamos las cosas, nos aconsejamos, reímos y lloramos, pero sobre todo mis cartas y mis consejos están dirigidos a su actitud ante la vida: mamá tienes que hacer esto, tienes que tomar esta decisión, etc. Debe ser a que está sola pese a que vive con dos hermanas mías.
Bueno, mi familia es la típica familia del Beni, pero somos muy diversos. Tengo dos hermanas dignas de una novela, de caracteres fuertes, duras, y tengo otra que es tan buena, tan sumisa que a veces sufro por su falta de autoestima. Mi hermano Bauty es un personaje maravilloso, genial, fuera de serie. El me hacía jugar por los árboles, saltar de un árbol a otro, me enseñaba fútbol, a montar caballo, a hacer cosas que las niñas no estaban acostumbradas a hacer. Yo hacía todo lo que él hacía, jugaba a las muñecas, pero también me gustaba la aventura y todo lo que significaba reto, me abismaba en el peligro de la selva, a él le fascinaba el hecho de que yo no decía no a nada, que no le temía a nada. No tenía límites, no medía el peligro, no tenía temor ni a las víboras ni a nada y eso él me lo enseñó. Ahora que vivo hace casi 20 años fuera de mi pueblo, me causa temor todo eso.

¿Cómo surgió la motivación para escribir?
La motivación para escribir vino del aire, del viento, de la lluvia, de los árboles, del alma, de mi hermana mayor; ella leía mucho, con la que éramos muy afines, muy parecidas, ella era la mayor y yo la menor. Muy parecidas físicamente, nada más que yo soy blanca y ella era morena, ella también murió. No vivía con nosotras, pero mandaba cosas o cuando venía en vacaciones traía libros, revistas, y también una amiga que viajaba constantemente a Chile, llegaba con buena literatura y me decía "¿Por qué no lees esto?" Y empecé a leer mucho. En ese entonces no discriminaba entre lo que era buena o mala literatura. Ya a mis doce años empecé a escribir poesía. Pero pasó lo típico, me daba vergüenza mostrar lo que escribía, pero me destacaba en la escuela y en el colegio porque escribía bien. Cuando tocaba hacer algo de redacción, redactar bien o hacer alguna cosa alusiva a alguna fecha, sobresalía, ya yo notaba que me gustaba escribir, pero escribía poesía. Poesía muy influenciada en ese época por los románticos.

¿Presentabas tus poesías en concursos?
No. Simplemente en la clase me destaqué y ya cuando estaba en la universidad estudiando el básico de Administración de Empresas, de la otra carrera, un cura español que nos daba lingüística y amaba la literatura me dijo que tenía talento y que debería cultivarlo. Me dijo: ¨Eres grande, muy grande!¨ Yo tenía 18 años y mi vida giraba en torno a cosas muy superficiales, me gustaban las fiestas y los chicos.

¿Cuándo empezaste a escribir cuentos?
Empecé a escribir mi primer cuento cuando vivía en Cochabamba en 1984. Un día sentía necesidad de escribir y no sabía cómo hacerlo. Yo estudiaba una carrera que no me gustaba pero yo quería escribir unos cuentos. Entonces le pregunté a un escritor conocido en Cochabamba, Igor Quiroga, él estudiaba filosofía y letras, también me prestaba libros. Le dije, "Tú que estudias filosofía y letras, por qué no me explicas cómo se hace un cuento?" No me enseñó ningún estilo ni ninguna forma, simplemente me dijo, "Hay que tratar de llegar al pueblo, de universalizarse, de que la gente entienda tu lenguaje".

Entonces cuando escribes cuentos, ¿diriges éstos una persona o un público especial?
No, no dirijo hacia ninguna persona especial. Pienso en lo que me dijo Igor Quiroga, que me entiendan todos, el cuento va cargado con todo un desgarre interno mío, la ficción y un poco de realidad, frases precisas, a veces ironía y maldad, pero escritos en un lenguaje fácil, para qué complicarse, para que te digan, "¡Ah! que intelectual eres". No, no necesito transmitir eso. Por eso son tan fáciles de entender. Es un lenguaje muy simple porque yo pienso que un tema común y cotidiano puede traspasar barreras y llegar a todo lado y que el común de la gente lea, entienda y se identifique con ese cuento. No lo hago así porque yo quiero que todos se identifiquen con mis cuentos.

¿Tienes alguna relación especial con los personajes en tus cuentos?
Casi siempre, porque los personajes son personas cotidianas, mujeres y hombres que me rodean, con quienes vivo o trabajo, amigas que me cuentan historias que yo las convierto en cuento. O simplemente personajes que viven en mí desde mi infancia. Muchos de estos cuentos son historias que me han contado y me han impactado. Un ejemplo es el último cuento del libro: "Matrimonio por desespero". Una amiga me dice un día, "Tú sabías que la tía María se casó con el tío Rolando sin jamás haber enamorado antes?" Yo le contesto que no tenía idea de esa historia, entonces ella me contó en cuatro frases y yo la plasmé tal cual, pero lógicamente con todo lo que implica ya el enriquecimiento de la descripción narrativa. Entonces mucho de eso tiene que ver con la realidad, son personajes que yo conozco. Pero no es toda la verdad, ¿no? Pueden ser anécdotas que me cuentan y que a mí me impactan. Por ejemplo "La virgen terrena" es otro cuento con mucho humor, es la historia de un tío mío, en tono de broma mi hermano me cuenta y me dice, "Sabías tú que el tío Raúl un día se fue a otro pueblo escapando de la política, acá dejó a su mujer y a sus dos hijas". Llegó a otro pueblo y se enamoró de otra y dejó a su mujer y a sus hijos aquí. Y cuando un día la nueva mujer le encuentra en la billetera la foto de una señora de esa época vestida como una virgencita con su vestido blanco que le tapaba todo el cuello, mangas largas, su cabello ondulado pegado a la sien, la nueva mujer le reclama y él contesta, "No, no es otra mujer". "Ah", le dice ella. "Tú tienes otra mujer. Has debido tener otra mujer y debes tener hasta hijos". Y era tan mala la mujer que le respondió "Si me mentís, te mato". Entonces él, por librarse, le miente: "No, es sólo una virgencita," y a partir de ese día la nueva mujer creyó el cuento y le ponían velas y le rezaba como a una virgencita. Entonces yo a ese cuento le puse mucho de mi inventiva, de mi humor y también de mi soledad.

¿Y se enteró la mujer de la verdad,¿ o no?
Pasados los años se entera que efectivamente el hombre tenía mujer e hijos, que en el otro pueblo había dejado a una mujer e hijos pero no era casado con ella porque en ese tiempo se acostumbraba a no casarse y en el cuento yo le he puesto como si fuera casado y como que si la hubiera dejado a su primera mujer, legítimamente casado con ella. Entonces, al final, ya ella, la nueva mujer, no lo mata como le prometió, más bien se casa con él. No le hace nada de lo que dijo porque le parecía un hombre encantador. Y tuvo hijos también. Verás, la mayoría de mis personajes están vivos, otros muertos como este tío mío.

¿Te consideras autora feminista por tus cuentos relativos a la mujer?

Autora feminista, no, el feminismo se inscribe en una corriente filosófica que tiene que ver con las relaciones de poder, con la política, la discriminación y subordinación de la que han sido objeto las mujeres desde tiempos inmemorables, y lo mío no es una literatura feminista. No, se habría que analizar, pero si pensamos en una literatura feminista, la cosa ya tiene otra connotación, porque podríamos hablar de una literatura de hombres y una de mujeres. Creo, sin embargo, que sí milito por la igualdad entre hombres y mujeres, eso es relativo al trabajo, la literatura es otra cosa. Me encanta escribir sobre mujeres, tal vez soy feminista sin saberlo. Tengo cuentos escritos como si los hiciera un hombre. Por ejemplo, tengo la historia de un amigo que me contó la historia de él cuando era chico. Entonces, yo la escribí como si yo fuera hombre. Mucho de eso también hago, pero siempre tiendo a defender a la mujer.

¿Por qué?
Porque he visto mucho sufrimiento en las mujeres y mucha opresión de parte de los hombres. He sufrido en carne propia los problemas de la violencia psicológica...de toda esa degradación. He visto a mis hermanas pasar por cosas parecidas y yo misma he sido una víctima más de esas personas de las cuales se ven en mis cuentos tristemente retratadas. Debe ser por eso.

¿Te preocupa la opinión de los críticos cuando escribes?
Ocurre que no me interesa, porque yo sí sé donde quiero ir, donde quiero llegar cuando escribo algo y no me interesa tanto lo que vayan a pensar los críticos y las demás personas. Además, en Bolivia no hay críticos. Qué puedes esperar de unos señores que estudian años, se adormecen el cerebro y no crean nada, se la pasan de "criticones" que es diferente a hacer crítica literaria. Ellos no me interesan. Sé que mi trabajo vale y para mí eso es lo importante. Además, yo soy muy autocrítica. También hago leer mis cuentos a personas amigas, a escritores y a personas que no tienen idea de literatura, es una especie de pretesteo, de sondeo de opinión sobre lo que he escrito. Eso sí que lo tomo en cuenta. De mi libro D-efectos se habló mucho, hubieron muchísimos posiciones, de que no eran cuentos eróticos porque estaban mezclados, que el lenguaje estaba totalmente mezclado. Y efectivamente el lenguaje transita por uno y otro estilo y ése es el gran problema. Está escrito con un lenguaje diferente entre unos y otros cuentos. Pero es mi estilo de ser y no voy a cambiar. Puede ser que elegir un estilo y un tipo específico de narrar sea maravilloso y que si hago lo contrario no me permita crecer pero no me interesa. Yo escribo como quiero y de acuerdo a mi estado de ánimo. Eso sí tengo que reconocer que no debo mezclar tipos de lenguaje, o diferentes estilos de escribir en un sólo libro pues ahí habría un gran problema. Yo creo que no es sólo una búsqueda de lenguaje o de estilo, sino que es mi forma de ser. Constantemente soy así, nunca estoy en una cosa, todo el tiempo casada con un estilo preciso. Ahora, muchos dirán que esa forma de ser mía tan particular, signifique que no soy una escritora, pero tampoco me interesa lo que los demás piensen, no vivo en función de los otros. Escribo por ejemplo para la TV Guía, ahora estoy en el periódico Hoy, antes en el periódico La Razón. Entonces escribo obviamente con seudónimo. Te voy a mostrar los estilos y te vas a asombrar de la variedad de estilos que manejo, porque eso dependía de mi estado de ánimo. Y esos estilos era una especie de cuento, de historia, de una pareja que ven la televisión y critican la producción nacional en televisión o hacen comentarios, obviamente esto lo hacíamos con Juan Carlos Ramiro Quiroga, otro escritor, después él se enamoró en serio, se enamoró en la vida real (porque en la columna que teníamos supuestamente éramos pareja) y me abandonó, de modo que yo hacía de hombre unas veces, otra de mujer, y mi lenguaje caminaba por diferentes estilos.
Yo creo que esto se puede hacer en periodismo, que es muy duro hablar de literatura y andar diferentes lenguajes o estilos, pero es un lujo que yo sí me permito aunque me cueste la etiqueta de que digan que no soy una escritora. Por lo menos hasta ahora nadie dijo lo contrario.
De repente muchos críticos dicen que yo andaba como muy imitadora de García Márquez y muy parecida a Margarita Duras en otros cuentos. ¿Te imaginas esa mezcla? Claro, era parecida a ellos pero con todo el ingrediente beniano, al estilo oriental, al muy estilo criollo. Entonces, acepté todo eso, acepté toda la crítica. Unos chicos de un taller de literatura con los que yo estuve charlando un día me dijeron que mis cuentos, por ejemplo el más famoso que yo escribí en el sentido que se ha hecho conocer, "Las hijas de Dhango", decían que era un cuento lírico, que no era un cuento erótico, que no había necesidad que yo escriba una cosa así porque se había hecho tanto ya en Latinoamérica. García Márquez, Jorge Amado y tantos otros habían hablado de putas, y que no valía la pena que yo lo haga y cosas por el estilo.

¿Cuál fue tu respuesta?
Que estaba muy bien que existiera ese tipo de literatura, que yo tenía igual las ganas de hacer lo mío, lo propio, lo que no se había hecho en Bolivia, tal vez. Así respondí. Entonces, era un poco por picarnos, por molestarnos, porque somos mujeres, porque les parecía inaudito que una mujer escribiera sobre putas y con tiente erótico. )Por qué no habría de hacerlo? No era un asunto de vida o muerte, o lo hacía o no lo hacía. Pero luego estos amigos han aceptado algunos cuentos como válidos porque después ellos también han aceptado que es algo que gusta.

Entiendo que no participas de forma organizada en los talleres, pero, ¿crees que el taller es importante para la literatura femenina? He notado que la mayoría de los cuentos que he encontrado han sido producto de talleres o son publicados por talleres.
Creo que sí vale la pena que se organicen talleres, las mujeres estamos cada una por su lado y que se saquen cosas de ahí porque salen cosas buenas. Creo que es importante porque ayudaría muchísimo. Por ejemplo, la persona que tal vez no tiene una formación teórica, digamos, o académica, si se quiere llamar, tal vez le ayudaría mucho. A mí me han ayudado los talleres a nivel universidad, si no, no me hubiera lanzado como me lancé porque escribir por escribir, los talleres me dieron seguridad, me enseñaron las técnicas, me ayudaron a aclararme más la figura.

¿Cómo ves tu futuro siendo escritora?
Negro.

!No! En serio.
Yo pienso que si me dedico un poco más, puedo llegar muy lejos. Pero he dejado de escribir hace seis meses. Cada vez que escribo algo, siempre termino como muy enferma. Me enfermo de todo.

¿Físicamente?
Físicamente. Me queda como un vacío muy grande, muy fuerte. Una satisfacción los primeros días pero después una cosa muy...muy desgastante. O sea, yo pongo todo, todo el ámbito, las emociones, el alma, el espíritu todo...lo meto todo en hacer la cosa. Entonces me viene una depresión fuerte, tal vez ligada a otras cosas, obviamente.

¿Sientes que sufres mientras escribes también?
Sufro de ansiedad y de insomnio porque escribo por las noches, nunca de día. Entonces, es muy fuerte la cosa porque me emociona. Me viene tal ansiedad que son las tres de la mañana, cuatro y no puedo dormir, y al día siguiente tengo que trabajar. Me viene una ansiedad muy fuerte. Es como una liberación, como desligarme de los demonios del lenguaje.

¿Llegará el momento en que puedas vivir de lo que escribes y dejar de trabajar en otro campo? ¿O es esto imposible en Bolivia?
Precisamente el otro día hablábamos con Walter Chávez sobre ese problema, de si vivir con la literatura o de la literatura. Yo sentía que en este país no se puede. Pero si se toma la literatura como un oficio, el trabajo como un oficio, yo digo, bueno, voy a editar este libro, me voy a dedicar a pasarlo a todas partes del mundo y distribuirlo por todos lados y que esto se venda y distribuir y sacar fondos y poder financiarme más libros y hacerme conocida. Se puede si una se dedica exclusivamente a eso. Yo creo que sí se puede, pero por otro lado, yo siento que estuve dos meses sin trabajo y yo me sentía como huérfana. Decía, "Voy a poder hacer otras cosas, voy a poder terminar mi libro, voy a poder hacer esto, voy a poder hacer lo otro, estos dos meses van a tornar una maravilla". Entonces yo después sentí que no podía. O sea, no podría simplemente dedicarme a escribir, a no ser que tuviera una persona a mi lado que me dijera, "Mira, dedícate tú a la literatura y solamente haz eso". Pero no tengo a esa persona, no existe esa persona. Entonces, pienso que por este momento tengo que trabajar y compartir ambas cosas. Y estoy recién en la etapa de querer terminar, de querer empezar a escribir. Estoy en una etapa recién así nueva, como recuperándome.

¿Qué harás cuando te repongas?
Pienso terminar el libro de los relatos que te comentaba, pulirlo un poco más.

¿Tiene ya título?
Ya tiene, tiene un título muy chistoso, se llama "Amores de marras". Marras en el sentido metafórico de lo que ya no está. Lo que ya no existe, que se ha perdido. Es la historia de dos amores en dos tiempos diferentes. El amor largo de una etapa de diez años, el amor intenso, profundo, y el amor super corto. O sea, dos amores, la misma temática, de que la persona se perdió por esos dos hombres. Le estoy dando vueltas. Tenía que haber sido publicado, pero sentí que le faltaba madurar un poquito más. El primer libro había sido un éxito, lanzar una cosa que es menos interesante, menor, me parecía mala idea. Si el otro es más de pueblo, éste es más urbano, más de ciudad, más de lo que ha acontecido estos últimos tiempos, más autobiográfico si se pudiera decir.

¿Encuentras alguna diferencia entre los temas de los autores y las autoras?
Hay una diferencia porque la mujer ve las cosas con más sensibilidad. El hombre llama rojo lo que la mujer llama magenta, carmesí, bermelho, describe más los colores, los olores y es de matices y de colores que está hecha la literatura. Entonces, la mujer tiene muchísima más sensibilidad, le da como color, sabor, a las cosas. Así lo siento yo. La mujer escribe ya no como objeto del deseo, sino como sujeto de su propio texto, de su propio deseo. Además, a las mujeres se les pregunta si lo que escriben es de su vida personal o es ficción e inventiva, pero a los hombres nunca se les hace este tipo de preguntas sexistas y discriminatorias. Creo que todos los autores hombres o mujeres le ponen algo de sí a sus cuentos o escritos, nada puede ser netamente ficcional, está tu subjetividad, tu elemento añadido, tu creatividad y está también la realidad. Juegan con ambas cosas, )no? Tanto hombres como mujeres, juegan con eso porque es parte de su vida, de su forma de ser y de todo su entorno.

¿Estás de acuerdo con la idea de que la literatura latinoamericana está comprometida con lo social o lo político?
Sí, en algunos casos. Por ejemplo, lo que he notado en la literatura de Chile, es que la mayoría de las mujeres que han escrito, han escrito en una etapa de represión. Además, hay muchas autoras feministas, eso tiene mucho que ver con la década de los 70 o la aparición del feminismo y la cuestión de género como categoría de análisis, con el movimiento de mujeres a nivel mundial. Entonces, la literatura es como muy contestataria, como muy ligada a lo social, al problema político. En Bolivia, tal vez en otras épocas se dio así después de la guerra del Chaco con el Paraguay. Particularmente yo siento que estoy comprometida también con lo político. El problema de la mujer y la problemática que yo toco es una cuestión de poder, y es una cuestión política, porque si bien esas mujeres de mis libros son abandonadas, dejadas, casadas a la fuerza o por desesperación, o prostitutas, esas mujeres sacan una fuerza vital que las anima, las levanta, resucitan y son muchísimo más valerosas, más poderosas porque se han fortalecido. El dolor, la decepción las ha engrandecido y son menos vulnerables y tienen más poder, poder para sobrevivir, para seguir luchando en la vida pese a las adversidades. Y el poder no se lo ve pero si se lo ejerce y las mujeres lo ejercemos. Esa es una cuestión que yo toco mucho.

¿Es el propósito de tus cuentos comprometidos reflejar lo que se vive, o quieres transmitir algún otro mensaje, enseñarle algo a alguien?
No puedes enseñarle algo a alguien, simplemente protestas y te haces escuchar, pero sola y aislada no puedes lograr mucho. Entonces, es tal vez un modo contestatario de sacarte tus demonios.

¿Encuentras alguna diferencia entre la literatura de la generación anterior, por ejemplo, en las obras de Yolanda Bedregal, Alcira Cardona Torrico, Adela Zamudio y la literatura de la actual generación?
Claro que sí. Los tiempos cambian y no podemos decir que doña Yolita se parece a Marcela Gutiérrez o a Ericka Bruzonic. Hay como un destape, obviamente. De que si existe una diferencia enorme entre las antiguas y nosotras las modernas, el cambio es abismal. Ellas vivían en otra época, eran otros tiempos, se hablaban de otros valores, se restringía más a la mujer, había muchísimo más marcada la cuestión patriarcal y del sexismo. Hoy son otros tiempos, la mujer escribe sobre su cuerpo, sus propias fantasías, lo que sus fantasías eróticas o sus sueños van diciendo, van pariendo fantasías, pequeñas utopías, no tienen temor de decir lo que sienten o lo que piensan. Si las otras lo decían con el alma y el corazón, nosotras lo decimos con el alma, el corazón, el cuerpo, el espíritu, las vísceras, los riñones, los brazos, las piernas.
No las he leído nunca porque simplemente no me atraen, con mucho respeto lo digo, porque creo que su escritura valió y sigue valiendo, han sido las pioneras. No es por un despecho a la literatura boliviana, no, sino que ocurre conmigo que puede ser el mejor escritor y si a mí no me gusta de entrada yo no lo leo. Me tiene que gustar, agarrar en las primeras dos páginas para que yo lea. Tiene que haber esa complicidad entre el lector y el autor, el placer del texto. Existen autores que leo y releo, como Juan Rulfo, Margarita Duras, Margarita Yourcenar, Clarice Lispector, Roland Barthes, Lefevre, Skármeta, Joyce, Echenique, y tantos otros, y siempre encuentro cosas diferentes, interesantes, ellos para mí tienen magia. Por ejemplo son libros que yo los leo siempre, porque me gustan y hay otros que no los leo nunca, o sea, eso no quiere decir que Bedregal o las otras autoras antiguas no tengan valor, sí lo tienen. Antes las mujeres eran las sumisas, más tranquilas pese a que en la etapa de Adela Zamudio y otras poetas han sido sumamente buenas, era una etapa romántica de la vida, era la época de acuerdo a lo que en literatura se estaba dando, a lo que leían o sentían. Me imagino que todo está dentro del contexto en el cual vives. Ahora en la literatura actual de las mujeres, existe una literatura romántica, pero también hay más agresividad, más destape, más ganas de transgredir el orden establecido. Ya las mujeres no se quedan en su casa sino que salen a competir en los espacios públicos, y estudian y leen mucho, son más competitivas.

¿Sientes que algo falta en tu formación como escritora?
Sí. Yo siento que necesito más tiempo para leer. A mí me gustaría leer y estudiar mucho más. No sólo es importante leer sino saber entender lo que se lee, como decía Humberto Quino, otro amigo poeta. Mi formación ha sido llevar un poco lo básico, lo elemental de literatura en la Universidad Católica Boliviana, y bueno, he leído en otros tiempos bastante. Ahora trabajo y leo otro tipo de libros, estoy leyendo otro tipo de literatura. En realidad cuando leo algo que me gusta leo en uno o dos días, dependiendo del volumen, soy un ávida lectora. Este tiempo sobre todo he leído a más de 20 autoras mujeres, con toda la teoría de género (Lagarde, Hiriart, Valle, Jennifer Cooper, Amado, Patricia Violi, Simone de Beauvoir, Tununa Mercado, Nelly Schnaith, Diamela Eltit y tantas otras). Como viajo mucho, entonces llevo libros y eso es lo que leo, prácticamente para enriquecer mi trabajo con mujeres. A veces siento que me falta un poco más de tiempo, de ganas. Por otro lado soy una mujer sin límites, y soy una mujer de etapas. Una época me leí a todos los clásicos de la literatura universal, más los clásicos de la literatura erótica en menos de cuatro meses (eso fue cuando tenía 20 años). Estaba de vacaciones y como tenía una hermana que leía y compraba libros, y yo no compro, me leí todo ese montón de información en muy poco tiempo. Los resultados fueron desastrosos porque no quise saber de literatura casi un año. Ahora estoy leyendo mucho cosas de género.

¿Qué futuro tiene para ti la literatura femenina boliviana? ¿Habrá más producción literaria, o ésta disminuirá? ¿Habrá más escritoras?
Yo creo que va a haber más mujeres escribiendo, es más, hay muchas mujeres que yo sé que escriben, sólo que no tienen la oportunidad de publicar. Va a haber mujeres escribiendo, la cosa no va a desaparecer. He notado un gran avance. Lo que pasa es que yo tengo muy poca comunicación con la gente de literatura que la debería tener porque hay gente muy buena, muy interesante. Entonces, siento que ya ellas han empezado algunas veces a hacer talleres, encuentros de mujeres, y ya en otros países se realizan desde hace años y aquí recién se han empezado. Si se motivarían encuentros de mujeres, tanto de periodistas o mujeres que escriben, que hacen literatura, podría ser que haya gente.

La Paz, marzo de 1996 y julio de 1997


Anoche buscando tu cuerpo en otro cuerpo,
cerrados los ojos casi lo creo,
porque así de cruel es esta vorágine
que me pone un varón y me sumerge entre sus piernas,
qué locura desandar la travesía
sentir vibrando sus sentidos
sentir el goce de cuerpo y el mío,
sabiendo que el placer
nos arrastraría hasta la orilla
y abismada en su regazo
pude innoblemente perderme
entre sus besos.
Gozar desmedidamente, cómo quisiera rescatar
ese amor tuyo, darte las monedas sonriendo.
Esperarte en casa sola,
otra vez comenzar a quererte
sin que tanta miseria irrenunciable nos hubiera sucedido.
y seguir en esta nada
que a otra nada nombra.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Artículo La Razón

Del blog art-erotic
Roxana lucha para seguir debajo de las sábanas
(La Paz - La Razón - Escape)Nació en la poesía, saltó al cuento ecológico y comenzó a nadar en el relato erótico. La culpa la llevó hasta la cama. Ahora, a sus 42 años, ya sabe qué quiere.Amparo Canedo Fotos: Andrés RojasNo sabe por qué la poesía abrió los ojos cerca a un corral en San Ignacio de Moxos cuando ella tenía 12 años. Ni por qué los potrillos desenfrenados que correteaban en su pecho salieron después relinchando para convertirse en el primer poema escrito. Ahora, a sus 42 años, los potrillos de Roxana Selúm Yabeta son caballos sedientos que cuando emergen adquieren la forma de un hombre desnudo sobre la cama en un cuento erótico.“La poesía me buscó a mí cuando estaba sentada a la una de la tarde en el corredor de mi casa. Hacía mucho calor y no podía dormir. Empezó a llover. Sentía algo raro. Estaba como medio melancólica y medio triste. Era como si algo me persiguiera. No sabía qué era. Después me di cuenta de que quería escribir. Un mes después, cerca del corral empecé a hacer poesía en rima. Era chistosísima”.No tardó en abandonar los versos porque no le gustaba ser llamada poetisa. “Me recordaba aquello que me dijo mi papá sobre que cualquiera es poeta. Y, en realidad, tampoco yo lo era”.Un día agarró maletas, abandonó los versos en su pueblo y levantó vuelo hacia Cochabamba. Allá terminó la secundaria en el Instituto Americano y comenzó la carrera de Administración de Empresas. Era un capricho de su padre que sólo le serviría después para organizar su casa, su vida y, tal vez, sus lápices de escritora. A sus 25 años engendró la prosa en dos cuentos: El Tigre y La víbora culebra que aprendió a hablar el castellano. El hermoso rostro de luna llena volvió a mostrarse inquieto. Necesitaba un cambio e hizo nuevamente maletas para partir de Cochabamba. Llegó a La Paz en1990, donde estudió Comunicación en la Universidad Católica Boliviana.Ese año, el escritor René Poppe le dijo que tenía todo, pero algo le faltaba y la llevó hacia la literatura erótica. El primer fruto fue Las hijas de Jango, la historia de tres prostitutas hermosas nacidas de una madre también prostituta. En 1994 vería la luz su libro de cuentos D‘efectos especiales. Varias escritoras como ella han construido relatos eróticos en Bolivia. Están Marcela Gutiérrez, Velia Calvimontes, Inga Llorenti, Valeria del Barco, Anabel Gutiérrez León, Giovanna Rivero y Jaqueline Saavedra, entre otras.Su paso por el erotismo es distinto al de los narradores varones. Y no porque el lector tenga la manía de encontrar diferencias entre mujeres y hombres escritores. Ellas son como arañas que tejen alrededor de la penetración masculina algún tipo de pensamiento o sentimiento que va más allá de la carne. A veces es su soledad. Ellos (muchas veces) abordan sus historias sin remordimientos: sus personajes llegan, se suben y se van.La obra de Roxana Selúm no escapa a esa diferencia. En la recopilación de cuentos eróticos de Jaime Iturri Salmón, una mujer otoñal acuesta su soledad en el cuento de Selúm llamado Mi intimidad sin ti: “Había pasado sólo unos minutos... las medias resbalaron, mi deseo era explorado por la memoria. Mi mano en el vértice simulaba tu lengua... mientras yo alcanzaba el cielo, tú con tu puta soñabas en que ella, como Magdalena, podría algún día ser redimida”. A pesar de que a Selúm no le gustaba ser llamada poetisa, su paso por los versos la ha marcado. A veces, su prosa erótica se mueve entre las imágenes poéticas, el humor, la soledad, la sensualidad y aquel lenguaje de la gente sencilla: “Los cuerpos rodaron hilvanando en la mente la más grande de las sensaciones. Tú lamías, gemías, respirabas como un potro en celo y murmurabas: Me gustas todita, toda entera tú. Me quedaría por siempre dentro tuyo”.Y ese mundo de almohadas le provocó, precisamente, una gran culpa. La transgresión de normas sociales la sintió en piel viva y sentada sobre su cama, donde suele escribir en un pequeño cuaderno, ahora lo confiesa. Su atrevimiento (así lo entienden las malas lenguas) de echar a volar sobre la pasión humana no sólo la llevó hacia los puertos del éxito, sino que fue a parar debajo de las sábanas y se quedó ahí un buen tiempo enferma. Se conflictuó tanto, que para salir del abismo en el que se hundió, tuvo que despojarse hasta de su religión.Ahora es libre. Por lo menos así se siente. Y no le importa lo que la gente opine de ello. ¿Quieren creer que ella tiene mil amantes? ¿Quieren imaginarla desnuda al lado de dos mujeres y un hombre? ¿Quieren resucitarla en una escena de orgía total? Háganlo. “Yo he dejado de vivir para la gente. Ahora vivo por mí y para mí”.La sociedad parece no estar aún preparada para aceptar que en las lides de la literatura erótica, una escritora no tiene por qué ser vista como dama de compañía.Las autoras de la línea rosa, que las hay buenas en Bolivia, suelen contar lo que sus oídos han tenido que soportar de la gente. Giovanna Rivero comentaba en cierta ocasión a La Razón que muchas veces se le acercaron como si esperaran encontrar en ella al personaje femenino erótico de sus relatos. Aunque ya ha logrado transgredir varias normas, Selúm aún mantiene dentro suyo algunas barreras no traspasadas y que ella tampoco tiene la intención de saltar. Por ejemplo, el incesto. En la línea literaria rosa no faltan aquellos argumentos donde hermanos se inmiscuyen sexualmente con hermanos o padres. Sin embargo, ella no necesita de estas tramas, no las siente suyas. Y tal parece que las otras escritoras tampoco han sido llamadas por ese tipo de argumentos porque en sus obras éstos no son recurrentes.Ahora, sentada con su pijama celeste sobre su cama de dos plazas en un departamento ubicado cerca de la plaza Avaroa de Sopocachi, la voluptuosa y alegre escritora sólo aspira a quedarse con su pequeño cuaderno debajo de las sábanas para aproximarse imaginariamente a la carne, la pasión, la transpiración... en las que ella logró encontrarse a sí misma.

jueves, 23 de octubre de 2008

Cuento- Mi intimidad sin ti




¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Quevedo


Recuerdas, Omar, la noche aquella de nuestro aniversario de bodas. Yo te esperaba ansiosa para ir a celebrar. Me puse las ligas con aquellas medias negras que tanto de gustaban, el vestido rojo pegado al cuerpo, los tacones altos, el maquillaje antiguo, eran las 12:00 y aún no llegabas.

Casi al alba, me quité el vestido, desabotoné el sostén apretado y al incorporarme para quitarme las medias sentí tus labios recorriendo mi espalda con furia loca, como antes, como entonces, y me dejé llevar por ese placer que llenaba todo mi espacio. Los cuerpos rodaron hilvanando en la mente la más grande de las sensaciones.

lamías, gemías, respirabas como un potro en celo y murmurabas:

-Me gustas todita, toda entera tú. Me quedaría por siempre dentro tuyo.

Luego nos volteamos, tú sabes, besas, me muerdes, te escurres hacia abajo y besas hasta hacerme perder los estribos. Tu boca es un huracán, tu lengua explora en aquella selva negra, mi cuerpo es monte abierto, tus manos son garras que se aferran a mis nalgas y penetras, penetras...

-¡Ay!, cómo me gusta lo que tu cuerpo destila -dijiste.

-Destila la miel que tu cercanía produce -balbuceé, ya en el límite. Te incorporaste hasta mi boca introduciéndolo todo y bebí aquella leche de la vida.

Había pasado sólo unos minutos... las medias resbalaron, mi deseo era explotado por la memoria. Mi mano en el vértice simulaba tu lengua... mientras yo alcanzaba el cielo, tú con tu puta soñabas en que ella, como Magdala, podría algún día ser redimida.

Me incorporé sin prisa, limpié el rimel de mis ojos, despinté el carmín de mis labios. ¡Mi intimidad sin ti son sábanas sin arrugas!

SELÚM YABETA, Roxana. Mi intimidad sin ti. Antología del cuento erótico boliviano. Alfaguara: La Paz. 2001

martes, 21 de octubre de 2008

Arena resbalando...


Arena resbalando
He visto frene a mílas aguas incontenibles llegar hasta mi orilla,
la arena salpicando en mi regazo,
la arena cantando en mi oído,
arrasando con todos los recuerdos tuyos,
tapando las viejas ,
el abandono se abre su cuerpo como una caja de resonancias,
avanza sobre la playa,
un pie se desliza como al descuido tocando el mío,
arena estrepitosa se interna en mi piel,
una mano se interna sobre la ingle,
arena estrellándose,
arena tocando el pecho,
arena encima del mundo,
es como una tempestad sobre los cuerpos.
Yo no haré nada amado,
para aquietarme,
esto es algo que me lleva,
me inunda,me apacienta, me contiene,
es como una tempestad estrellándose sobre mi boca,
tiene algo de furia, de incontenible, de perverso,
es él con su goce,yo junto al suyo,
es como un viento huracanado que llega hasta mi orilla
y no haré nada amado para aplacarlo,
cederé mi cuerpo como ofrenda,
como un rito de pies descalzos,
hubiera querido que esto sucediera,
pero ya vez borraré de mi corazón las cosas vanas,
y no dejaré nada más que una ventana sin estrellas,
una puerta cerrada al tuyo que fue nada más ¡ya fue!

Cuento -habernos conocido antes

Foto del Blog los tacones rojos

Ellos se conocieron en una discoteca, desde ese instante reconocieron ese halo extraño que despiden los solitarios. Olían al aroma negro de la noche sola. Se miraron con esa complicidad de querer asirlo todo; lo demás no importaba.No hubo enamoramientos a pleno sol, invitaciones a cenar, al cine y a las calesitas. Desde el inicio esa relación fue sin futuro (¿quién piensa en el futuro cuando la piel hace carne?), se ocultaron como ladrones, porque ella era una “chica que olía bien” y él “tenía vida formada”. Aquello resultó como un imán, nada de formalismos y compromisos; sin embargo habría que acallar los jadeos y las respiraciones fuertes con un manto de doble moral y en la noche sola. Habría que disimular aquel súbito deseo de mantener relaciones extrañas entre dos desconocidos.Se citaron en una esquina, el pretil de la acera fue mudo testigo de aquel desasosiego, devorándose como animales, sin preguntar por qué, y si mañana existiría una ilusión. Empezó como un juego: un taxista, cómplice de besos… después paredes, calles, respiraciones agitadas, la cópula loca del rocío con el pasto; más tarde, promesas no cumplidas y el aire se volvía insoportable.Te hiciste la víctima porque ella no te dio la seguridad que tú pedías, porque tu condición de hombre tradicionalista no te permitiría enamorarte de una mujer “liviana”, te arrepentiste porque hablaste demasiado, bebiste demasiado y ya el día venía con fuerza y la verdad es que ella no te creyó nada. “Noche de copas” te dijo (en el fondo pensando que esa podría ser la trampa para acercarte más, pero se equivocó), y te quedaste mudo porque ella era demasiada sincera como para ser real. Y quisiste jugar a las escondidas, al difícil, y enviaste mensajes cobardes arguyendo que todo fue un chispazo, que el amor es otra cosa.Pero la volviste a ver, caíste en sus redes, te enredaste vos mismo en la debilidad de ser débil y permitir que ella te crea, sólo porque su mano bajó por debajo de la mesa tocando la tuya para sentir esa atracción desbocada de la primera vez, después estrujó su cuerpo en el tuyo como si fuera la única y última vez que lo hicieran, te sacudió la ternura, pero las cosas estaban dadas, tu mundo no era el de ella, era sólo presente, momentos.El despertar en la madrugada y sentir un calor diferente te ensombrecía todo, en una cama alquilada, en un cuarto desconocido, recordando lo que hiciste. Con la resaca maldita del whisky, esa melancolía tuya porque no supiste si ser feliz con la hazaña o sentirte vil, estúpido, degradado, cruel, porque era ella la que encendía la noche con sus ojos, y tú quien abría o cerraba las puertas de las posibilidades. Lo dejaste así (sin señales, sin muestras de nada), ¿para qué seguir?, los momentos se viven como vienen, no era nada más, para qué cuestionarse, para qué sufrir, para qué pensar. Eso pensabas tú, pero nunca se lo dijiste, no fuiste honesto no.Las noches se volvieron insoportables y te aferrabas a la posibilidad de darle tu amor y después lo intentaste, porque no era para vos, no era lo que tú querías, era aventurilla nada más (las aventurillas de noche de copas no se las puede tomar en serio, no, aunque en ese encuentro te hubieran traspasado el alma).Vinieron otras noches ya sin alcoholes, sin promesas, sin encuentros fortuitos (te quiero con derrota, no te prometo nada, no quiero hacerte daño, no quiero saber mucho de ti, ni si la muerte te habita por dentro, o si el verano te quita las melancolías, no puedo no quiero hacerte daño, tu entiendes)… ¿Qué te creías vos para profanar su alma, para arrastrarla a caminos insospechados de placer y de incertidumbres?Ella te transportaba al cielo a la muerte a la nada. Todo era desborde, huella, desasosiego y te dejabas hacer consciente de que eras el rey de todo y no te atrevías a traspasar la puerta.Los días inexorables pasaban, la pasión de ella se agigantó y tuviste que decir “hay otra en mi vida” (no quiero mentirte, no quiero engañarte, no). Entonces ella apuró el whisky y tragó saliva.
– ¡Maldita sea! ¡Esto no debió ser tan intenso! Dijo como en un murmullo, casi para sí.– Esto no debió comenzar así, debió ser de otro modo– dijiste triste.
Un escalofrío recorrió sus cuerpos y se mantuvieron en duelo. No hubo llantos ni despedidas, ni comentarios. Ella lo miró como a un ser solitario, despreciable y envejecido.Caminó solitaria, había parado el viento y bajo los árboles había esa luz sobrenatural que sigue al invierno. Los autos pasan dejando su huella contra el asfalto, tocan sus bocinas de modo ensordecedor, casi asfixiante.Ella sabe que como a él, ¡alguien la espera en casa!