
De vuelta a la noche
donde dejé un rato
viajar la memoria
y agarré un cometa
que pasó fugaz por mi ventana,
bebí un vino rojo
escuchando a kítaro
bajo el alero
de los cuadros de Klim,
y esa luz difusa
de la lámpara con personajes
deformes de la Ejti Ejtih
donde cuelgo mi piel.
Acrecenté la nostalgia y viajé
por ese territorio que es tu cuerpo,
ví tendida la piel y acerqué mis labios
besé tantas veces
que respondió el asombro
tu cuerpo doblándose
retorciéndose de placer
e hice sobre ti el sacrificio
de gritar tu nombre al viento
de recoger luego del éxtasis
la sensación exacta que trae el cielo
a la tierra y la habita.
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