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miércoles, 28 de enero de 2009

Los amantes

Los amantes
He envidiado a los amantes
Que se toman de las manos,
Se besan en algún sitio
Escondido de las plazas,
Húmedos sus cuerpos
Sus manos y afuera la noche
Está de ojos abiertos.

Los amantes son felices
Con sus sábanas arrugadas,
La pasión despierta en sus sentidos.
La noche crece y se agiganta
Y es el beso el elixir de los dioses.

Los amantes
Son dueños del momento
En que unen, y se unen abajo y arriba,
En los cielos se escribe
Una memoria etérica para siempre
En los registros de akasha.

Amanece temprano en primavera,
El sol los descubiró abrazados y desnudos,
En la cárcel a los presos les toman lista,
Un ciego sale a vender lotería,
Los ministerios abren sus puertas,
Una rutina ahora a los funcionarios públicos
Y una vez más se huele el día.

Los amantes se visten,
Van por la calle,
Y de pronto el caminar ajetreados
Se dan cuenta que casi están muertos
Cuando están vestidos,
Cuando están listos los recupera el asfalto,
La calle, el trabajo, y les impone deberes rutinarios.

Por eso envidio a los amantes
Que están desnudos,
Porque un halo de luz desprende de sus cuerpos,
Porque al unirse
El cuerpo con el cuerpo
Es el éter en movimiento,
Es el amor que cohesiona,
Que empuja, que arranca,
Que decanta y enamora.


jueves, 22 de enero de 2009

Ven varón a mi lecho, que quiero

Foto de Blue Art Nude

Mi cuerpo duerme
buscando a qué asirse
el miedo empieza a salpicarlo
me desnuda la mirada de dos perdidos,
seres que presiento desde lo denso
queriendo arrancarme el corazón
qué locura!
Comerme, habitar mi alma
cobrarme el alquiler… tu ya entiendes.
Los veo pasar, silenciosa los observo…
uno me produjo naúseas,
el otro ni siquiera lástima.
Son apenas cascarones pétreos
pasaron por mi lado,
y sentí la necesidad de exprimir mi alma
como una toalla de la cual salen
sórdidos líquidos.

Quise abismarme, morir
(no ser poeta, poetita)
y desgarrarme en cada línea.
Pero ya ves la soledad va pintando
uno a uno los versos, estos
que escribo para vos
que comprendes
que eres otro.

Que vas tallando con tus dedos
mi silueta de mujer
dibujando en cada vórtice
danzando en mi cuerpo
cabalgando al ritmo
de nuestros cuerpos en movimientos,
marea que sube
marea que va y viene
marea que baña
mil bocas en mis pechos
succionan, estremecen
, desdibujan
en mi cuerpo las marcas
de las vidas.
Van borrando lo que rasguñó
el olvido.

Hoy ese otro amor
exacerba mis sentidos
de pronto no soy de uno
ni de vos ni de nadie,
soy de todos
por eso varón ven a mi lecho
que te espero!!


Noche

Foto de Blue Art Nude blog
Tengo esta noche la mente nublada
por la copa de espanto,
la garganta dolorida después de haber luchado
con los laberintos del humo.
Todo ha quedado allá sobre la cama
las perlas preciosas, las piedras,
un bosque de libros apilados en el velador
y gatúbela acurrucada sobre mis piernas.
La televisión prendida y mucha luz,
las once de la noche,
afuera llueve y la neblina avanza sobre las laderas
el ruido acompasado de las gotas
golpea los vidrios
y afuera la muerte quiere llevarme
como mil potros que cabalgan en la llanura,
aún no es tiempo le digo,
aún no es tiempo...
hay cosas pendientes todavía,
como esa de amar, amar y amar
y hacer explotar al universo.

miércoles, 21 de enero de 2009

El botón de mis senos


El botón de mis senos


Créeme cuando susurro
en la noche tu nombre
que se viste de escombros, y
sigiloso asoma tu cuerpo
al tocarme, y estremece
de enigmas la piel.
Tus manos tocándome y el cuerpo
se retuerce de placer al pensar
que no necesito de ti,
porque te tengo.
Has traspasado los límites
de la mente,
has llenado de silencio
y has visto crecer
el botón de mis senos…
Creo que de nada sirve luchar
contra esta caricia
abrasadora que recorre la piel.
Ni el tiempo ni el destino
ese arbitrario cruel
que avanza como una avalancha,
ni la verdad, esa cruel viñeta de la vida.
Ya mucho más allá del plano físico
existe un territorio:
la geografía de tu cuerpo,
el mapa que traza sutilmente
los límites
entre lo que es y lo que fue,
un laberinto casi mítico,
donde es posible ser feliz.
Todo el ritual pasa una y otra vez
en el reflejo de la soledad: tus ojos,
tus cabellos, tu boca
que se torna loca, que me aloca,
que sube hasta las lunas
que besa, que lame,
que bebe la miel,
el elixir del placer que se escurre
sobre tus dedos que resbala,
que encandila, que penetra
y me sumerge en el río,
navegando más allá y
de este lado te poseo,
mientras juegas con otra mujer
los juegos de la resignación
porque fuiste cobarde,
porque creíste que no era,
que no servía, que no podía,
pero ya ves, sigo viva
y aún de lejos hago que tu cuerpo
reviva día a día la sal,
la sazón y esa entrañable ternura de la tarde.
Me gustaría que creyeras
que esto es el triste juego de las compensaciones
con que consuelo tu partida.
Yo que duermo a la orilla de otro cuerpo
tengo miedo amor de caer en el abismo.
Yo que duermo a la orilla de otros brazos
disfruto en otro y pienso en vos.
Tu que sueñas amarrado a otras manos
tienes deseos de mi
y te hundes más y más.

lunes, 19 de enero de 2009


Me diste la ternura
la pasión el embeleso
las noches coloridas
el terrón de azúcar- miel,
el sueño del alba,
el sentir de la piel.

Las manos- el dorso desnudo,
pero también la tristeza del domingo,
la mano endeble perdiéndose,
el café frío en la noche de invierno.

Ahora me doy cuenta
que acercando mis sentidos a ti
tu me envuelves…
te fundes como la hiel en un fruto amargo,
y el olor de la selva que te nombra.

Un atardecer en la moxitania,
el sol perdiéndose en la noche,
los nombres de otros nombres
que te nombran
un silbido de pájaros.

Ay! Amor
todo sobre ti vuelve a tocarme…
vuelvo a sentir el galope
de mil potros correteando en la pampa verde
verde río.

Ven! líbrame de la noche insomne
de la muerte…
Sumérgeme en tu caricia,
retiéneme en tu pecho.
Haz un hueco en tu corazón,
guárdame, guárdame en ti
como la niebla.

Perderme en la ciénaga de tus besos

No me importa tu voz ni tus desdenes
ni lo que ocultas en esa mirada oscura,
solo quiero perderme, hundirme,
abismarme
en la ciénaga profunda de tus besos.

martes, 13 de enero de 2009


Como el río que arrasa con todo


Cuando escucho su voz algo crece aquí en mi pecho
es como un huracán cuando él me dice amor amor
como cuando el viento choca contra las ventanas.
como el río que arrasa con todo,
llenándolo todo.
Es algo incontenible que me asalta
me decanta y enamora.
cuando él me habla
es como una caricia
que toca mis pies, mis muslos, mi vientre
la curvatura de mis tobillos y la pelvis..
nada es comparable a su voz que me acaricia,
me hace saltar, embriaga mi boca con dulces mieles
terroncitos de azúcar
amor amado, alma de mi alma,
puedes privarme de ti
pero no de tu voz
porque entonces muero!

Una palabra entonces

A veces despierto en la noche
busco tus manos, busco tu cuerpo
una palabra entonces
un sonrisa basta
para creer que esto es cierto!!

El amor solo llega fatigado

Foto del blog los tacones rojos
¿Por qué me amas preguntaste?
Porque si- dije
y es que el amor no elige a quien amar
ama porque no sabe hacer otra cosa.
El amor solo llega fatigado, cansado de tanto escapar
liberado del miedo
dejándoo ser.
Amor eres tu!!

Me sigues faltando tu

La voz en el teléfono preguntó
¿quién eres? ¿Qué quieres?
soy un ser atado a la nada,
una golondrina queriendo encontrar nido,
un río sin cause,
el fuego que arde en la llanura
Lo tienes todo digiste,
no necesitas nada más-
pero hombre, olvidaste lo fundamental
me sigues faltando tu!!

viernes, 9 de enero de 2009

martes, 6 de enero de 2009

Esta ciudad que no es mia

Asombrosa de Art Nude

Esta ciudad que no es mía

Debo dejar pronto esta ciudad en la que no nací pero que amo profundamente, en la que ha pasado feliz e infelizmente los últimos 21 años y me duele confesar que no quiero irme de acá por nada del mundo. Inventaré algo para quedarme.

Debo decir que cuando llegué dormía todos las tardes por el frío y no me acostumbraba a este pétalo de espanto que es la altura. La Paz con sus calles sinuosas me recibió de brazos abiertos, me acaparó en su pecho y me hizo suya. Con sus tenues lucecitas que se encienden o se apagan como un gran árbol de navidad. Con su infernal ruido de marchas, su caos, su magia, sus raices, las subidas y bajadas que agigantan la presión y quitan el aliento. Debo confesar que no quiero irme porque es difícil amar otra ciudad tanto como a esta.

Vivir en La Paz es descubrirla para amarla y ya nunca dejar de sentir ese nexo, esa constante creencia de que habitarla es un ascenso al cielo. Para conocerla hay que tomar valor y descanso, pues llegar a todos sus barrios es imposible en pocos días. Mientras tanto habrá que aprovechar su extraña estructura de subidas y bajadas, respirar profundo por la nariz llevar el oxígeno hasta el estómago y luego exhalarlo suavemente y seguir sus ondulaciones como se sigue un cuerpo de mujer, perseguirla en sus nombres: Tembladerani, San Pedro, Sopocachi, San Jorge, Obrajes, Rosazani, Calacoto, San Miguel, Achumani, Cotacota, Ovejuyo y sus Villas… Villa Fátima, Villa Copacabana, Villa San Antonio, o sus barrios Kupini, Chasquipampa … viajar entre tantos nombres es emprender una travesía.

Esta ciudad que no es mía, es tan alta, tan majestuosa, uno tiene que tomar aliento en cada tramo porque es un pétalo de espanto adherido a la ciudad. Tiene magia, encanto y transparencia por su cielo azul que en invierno el Titicaca le presta su magia, y en las noches cambia de color. Ayy! que noche la noche paceña, es un universo de estrellas que la ilumina, por donde se mire se ven lucecitas intermitentes, fosforecentes, blancas, amarillas, azules, celestes, rojizas y opacas, que semejan luciérnagas y estrellas luminosas que asoman por todas partes, desde las casas de los cerros, los edificios, de todas partes salieron las luciérnagas y comienzan a arder entre las montañas como un gran camino de luz, agitada, rumorosa, chillona.

La Paz es también caótica, sinuosa y bulliciosa. Debe ser porque la habitan tantas voces, personalidades y razas, por su corazón abatido de tanto auto, bullicio y energía, por las rabias ocultas que la habitan, por el sinsentido, el abandono y la miseria. Entonces La Paz parece cansada, se sacude como un elefante, se derrumba, agoniza y muere. Sus heridas no sangran, pero su piel va cayendo de a poquito como su tierra, ahogándolo todo. Es como un río revuelto que busca cambiar de cauce dejando a su paso miseria y abandono.
Esta ciudad que no es mía, la conocí cuando vine de Cochabamba en un intercambio de colegios, fue causalidad y a primera vista la sentí mía. Cuando me vaya echaré de menos tantos momentos y a lo mejor la reemplazaré por otra ciudad más gris, más monótona y huraña. Pensaré en Gatúbela pegando a Júpiter, a Nancy limpiando la pequeña alfombra, las noches de soledad y un vino añejo que quedó sin terminar, el humo del cigarrillo gambetenando al viento, las patitas del ordenador y los versos que no escribí porque no tuve valor y sentimiento. Las velas de colores que encendí en el angelódromo, los cuadros que compré a fuerza de trabajo, los domingos callados escuchando a Chavela Vargas a Calamaro y a Serrat, el olor a api, el humo del anticucho en la esquina Azpiazu, el pancito recién orneado de las caseritas, el olor a carne del honguito, el amor que perdí y los besos que se fueron por el sacudón de las almohadas, las noches de encantamiento y magia, las terapias de la Ruth urgando en mi insconsciente y tejiendo historias no cerradas, las charlas con Gary Daher y Juan Carlos Ramiro Quiroga, sus risas escribiendo poemas, el café sin ajenjo que nunca tomamos, la mirada cómplice del amor que no fue porque no pudo ser. El hijo que no deseé y dejé partir, las ganas de arrancarme el alma o los ojos y comérmelos en un acto chamánico y de psicomagia, las ganas de abismarme, sucumbir, tirarme al vacío y comer viento. La Paz, que a empujones me retiene la lágrima del dolor que llevo aquí dentro, que suena a rebeldía, el dolor de mi cuerpo que me retiene en su corriente, que no sana, que no hay cuando alivie. Y esta casa que no es mía, de la que tendrán que sacarme arrastrándome como un gusano y a lo mejor con la fuerza pública.

En el aire se escucha un canto añejo de "mi sopocachi querido" y sus notas dibujan la ciudad de La Paz que se deshoja como una margarita, o que se abre como una kantuta virgen que reparte generosa los colores fuertes de su encanto esquizofrénico.


Oscura noche del alma

Deslumbrante foto de Art Nude
Acorralada en la oscura noche del alma
me oculto tras el muro
pero mi cuerpo erguido es más grande
incluso que aquel rascacielo que me quiere nublar.
Persígueme si quieres hasta cansarte,
hostígame en la sangre,
pero no me pidas que deje de soñar.