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miércoles, 15 de septiembre de 2010

Ha florecido mi vida
con tonos rosas, rojos y verde.
Hay blanco entre las flores y hay blanco entre mi vida y mis sueños.



La pasión amorosa

2.
La pasión amorosa es otra cosa, es un delirio; pero el delirio no es extraño, todo el mundo lo siente aunque no hablen mucho de él. Lo raro es cuando se pierde el delirio: ¿se entra en qué?
Ese delirio se acabó, hoy no siento esa pasión amorosa que sentí los primeros días, los primeros meses y es que las otras cosas no ayudaron a que esta pasión se convierta en amor. Yo decía "te amo", pero eso no lo hacía llevada por el amor sino por la pasión loca del momento. En fin. Yo no te amo, y las otras cosas me acobardaron. No eres para mi y no me gustas para mí.
Este es el verdadero duelo que tu debes vivir si en verdad me necesitabas, pues pedir, mendigar cosas no lleva a nada. En la vida hay que sumar y yo decidí sumar.
El verdadero acto del duelo, no es sufrir por el objeto amado, sino ver un día sobre la piel de la relación, esa mancha llegada allí como el síntoma de una muerte segura: por primera vez dejo solo a quien dice quererme; sin querer dañarlo, es cierto, pero sin volverme loca.

TE amo

Te amo. La figura no remite a la declaración de amor, a la confesión, sino a la palabra repetida del grito de amor. Roland Barthes.
1.
Supremamente dulce la declaración de amor, "te amo" no quiere decir nada.
Te amo es una frase que transmite un sentido, una situación extrema: de apasionamiento, pues la persona está en una relación con el otro.
Te amo, hoy me resulta insulso, sin sentido; pues asume fuerza
cuando lo digo en la noche casi dormida y acaricio su espalda
y siento la tibieza de su ser;
Te amo se dice en un espacio-tiempo de éxtasis supremo,
sale de adentro, sin ningún ritual; las situaciones en que digo Te amo
no pueden ser clasificadas; son pues irrepetibles e imprevisibles.
Decir te amo, no es cualquier cosa; por ejemplo me gusta decir "Te amo"
cuando en el extremo del éxtasis sale como un susurro,
como un grito apagado, profundo, extremo, de un corazón que acelerado
palpita y se agita.
"Te amo", suena a música, a río que te lleva de espaldas
vogando aguas abajo.
Al vuelo de un ágila remontando la montaña
que te eleva y espera una respuesta.