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miércoles, 15 de septiembre de 2010

La pasión amorosa

2.
La pasión amorosa es otra cosa, es un delirio; pero el delirio no es extraño, todo el mundo lo siente aunque no hablen mucho de él. Lo raro es cuando se pierde el delirio: ¿se entra en qué?
Ese delirio se acabó, hoy no siento esa pasión amorosa que sentí los primeros días, los primeros meses y es que las otras cosas no ayudaron a que esta pasión se convierta en amor. Yo decía "te amo", pero eso no lo hacía llevada por el amor sino por la pasión loca del momento. En fin. Yo no te amo, y las otras cosas me acobardaron. No eres para mi y no me gustas para mí.
Este es el verdadero duelo que tu debes vivir si en verdad me necesitabas, pues pedir, mendigar cosas no lleva a nada. En la vida hay que sumar y yo decidí sumar.
El verdadero acto del duelo, no es sufrir por el objeto amado, sino ver un día sobre la piel de la relación, esa mancha llegada allí como el síntoma de una muerte segura: por primera vez dejo solo a quien dice quererme; sin querer dañarlo, es cierto, pero sin volverme loca.

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