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jueves, 31 de julio de 2008

Una burda idea


Vuelvo a mentir como si nada,
a jugar con el espacio en blanco,
a teñir de gris y dibujar tu silueta
en cada trazo.

No se quién sos
ni por quién suspirás,
no se nada de ti solo te invento.
Pero mirá vos cómo son las cosas
una idea loquísima se me vino esta mañana
una idea convertida en sensaciones,
una idea y una mujer cobarde
que vacila entre la nada y la miseria
que tiembla tras el brillo de tus ojos,
que se encandila
solo al susurro de tu nombre
que se oculta tras la miserable,
burda idea de otro nombre.

Una idea que cobró fuerza esta mañana
de mirarte a los ojos
y quitarme la máscara que oculta
este rostro, estos ojos y estos labios
de gritar mis emociones
y volverme alquimista del placer
del goce y la ternura.

de palabras que no escondan nada!
ni el gesto de sentir
que hundes tu rostro en mi pubis
que navegas en ese mar
que es tan sublime
tan supremamente dulce,
de poder soportarte
después del grito, la derrota
y el derrumbe del goce.

Volver a hundirme en tu piel
y no sentir luego el vacío
que precede al amor.

Una loca idea ronda en mis sentidos,
como por ejemplo reventar el planeta
con mis versos
que ellos te cuenten
cómo cae el viento helado
aquí en mi rostro.

Una sola idea, una palabra
como tantas que he tenido,
Pero soy cobarde.

sin valor y sin aliados me he quedado…
a ratos pienso que la fe me ha abandonado,
ya es tarde,
ya amanece
ya te fuiste!


Olor a lluvia


Las pléyades se ocultan,
astrea viaja en el firmamento,
es febrero
es de noche
y voy a acostarme sola.

Llueve, siempre llueve
lavando el asfalto
la mugre, nuestras ondinas.

Miro mi piel
veo mis ojos
toco mi piel sedosa
como un durazno.

Toco la redondez de mis senos
el botón se endurece,
hago un intento
de querer amar
amar hasta los tuétanos,
pero llega el cansancio
es extremo,
el cuerpo que calienta no llega,
y las manos no responden,
el placer no quiere,
el cuerpo no dice nada.

Entonces retorno a lo real,
a otros pies desnudos,
a tus cadencias,
tus caderas de fuego,
tu boca salvaje,
y es ahí donde me hundo,
es en ti en quien me inundo
es en ti el mundo.

Como un orgasmo perverso


Diría que no me importas tanto
como para verte todo el tiempo,
que no necesito tus susurros
en las noches.

Ni esas cosas raras de verte al alba
con cara de sueño y ropajes de lana.
Diría sin embargo que amo tu voz
cuando embriaga el silencio,
pero también cuando sonás reflexivo
o triste,
cuando pensás en el país
tan hermoso, sombrío y perdido.

Diría que quiero eso de ti,
las cosas simples,
las complejas, las cotidianas.
La diferencia entre vos y esos hombres
es que pasaron sin dejar huella
como un
orgasmo perverso
que no deja huella, no marca, no mancha.

En cambio tu, pequeño
eres latitud, espacio, contenido.
Pero fíjate que apegando mis sentidos a ti
consideré prudente decirte esto:
amo tu cabeza porque piensa
tus desaires de gato engreído y escurridizo,
tu sintonía en mi cuerpo,
el aleteo de pájaros
volando cada vez que te toco,
tu voz y hasta tus descuidos caseros.


miércoles, 30 de julio de 2008

Salida de madre


Señor
he sentido tu presencia
cubriendo las incontables
horas de apego físico,
Cuando el cuerpo de aquella
que amé y me amó
no podía partir.
Mientras yo, llorando en su pecho
creía que le podía dar un halo de
vida, mi aliento.

Solo pude darle esa corriente
que alimentó mi cuerpo cuando
apenas me formaba en el útero.

Sangre mía de derrota
Sangre suya de muerte!
corrientes de vida uniéndose,
aún más allá de lo terreno.

Señor
pude sentir que no eres tu
ni tu voluntad, ni la mía, el partir,
es solo el alma buscando
escape a esto que llamamos vida.
No existe más la expiación en fuego
y azufre, ni el castigo ni las miserias,
los dogmas reinventados.

Solo existes tu y el amor
que es la fuerza cohesiva del universo,
el aire, el fuego, el éter, tierra y agua,
unidos para dar y nosotros ignorándolo.
Contigo viajé más allá de los límites
de mis sentidos físicos,
en la dimensión del misterio fue.
Hoy veo las diminutas
luces de la gran ciudad.
Me siento un punto de luz.
Habito un mundo distinto
cargado de éxtasis, de locura,
pero una locura supremamente buena,
un infierno de placer, lujuria y fuego
que yo misma elegí, que ya también purgué.
Salida de madre, salida del vientre
volveré si es preciso, una y mil veces
a la tierra, a la materia
para aprender a amar!!!

Oda a la noche


Dios! desde todos los puntos
veo la ciudad dormida
en un caos planetario.
Dentro de todas las formas
te hallé.
No existe más el miedo,
las sombras, el túnel
ni el bajo mundo que antes
percibí.
Es de noche y nada me impide
cerrar los ojos y unirme a tu ensueño.
Todo es fácil al trasponer
el umbral que nos separa
ya que no tengo miedo
de bajar al abismo
y escuchar la siniestra furia
de ondinas y salamandras,
agua y fuego juntos
la tierra sacudiéndose
en un espasmódico orgasmo
girando el eje y acomodándose
a la polaridad de los Andes.
Ven! haz que desgarre el velo!
quiero confesarte mis infamias!
De la interminable boda de lujuria y deseo,
del vino, de los hombres que nunca tuve
pero que amé,
su elixir.
Del mal que me atrae,
me envuelve, me domina,
que ya expié al amar como nadie.
Que pagué la pasión, el placer
la locura, la interminable boda
de lujuria y fuego.
Amé a los hombres que pude
quienes me enseñaron del dolor
el llanto, la sangre, la noche
y un alma pequeña oculta,
dormida aún en sus corazones
y sin embargo en cada uno de ellos te hallé!

jueves, 24 de julio de 2008

Artículo la erótica en mi obra literaria

MONÓLOGO PARA TRES Y OTROS RELATOS



Definir la erótica en mi obra no es tarea fácil, porque nunca escribí pensando en la definición misma del concepto, sino que fui guiada por una suerte de Yo Superior, algo recóndito dentro mío y no explorado. Algo que estaba ahí aflorando de a poco y que muchas veces lo callé por los tabúes y esos daños que se inventa la cultura patriarcal y la Iglesia para restringirnos, hacernos sentir culpables y callarnos.

Escribo desde la perspectiva de mi propio cuerpo y el cuerpo del otro. Este oficio implica donar el cuerpo y donar los órganos en sentido figurado. Donar la piel, los pechos, el pubis, los labios, las manos, el ombligo, el dorso y los muslos. Es describir la geografía de los cuerpos y plasmarlos en la hoja en blanco. Es donar los sentimientos y los pensamientos. Es transmutar todo el miedo a nuestra sexualidad y poder ejercerla sin tabúes, es algo divino y supremamente placentero. Es saber que lo que se transmite a través del lenguaje puede causar un ras en el corazón y erizar la piel, acelerar los sentidos, sentirse vivo.

La erótica tiene que ver con la recuperación del cuerpo, de ese cuerpo silenciado, del cuerpo trasgresor, de ese cuerpo que era quien reunía dentro de si todo lo “pecaminoso”. Las mujeres escribimos en la medida que descubrimos nuestro cuerpo, por lo menos en mi caso pasa eso, nuestro cuerpo archivo de traumas, desde donde vamos sacando, pariendo fantasías, que tienen que ver con nuestros deseos, nuestros goces, aquello que deseamos y que pocas veces podemos transmitirlo. En este sentido no solo se trata de parirnos a nosotras mismas, sino de contribuir a la transformación de la mirada de los lectores y lectoras, de lograr que ellos descubran, por qué no, el placer de un texto de mujer.

Escribir para mi es un espacio de liberación. El no hacerlo es castrante. Necesito contar y transmitir las fantasías que alborotan mi cabeza, necesito ser trascendida por el texto, palabras marcadas por mi propio jadeo de mujer que se niega a callar, a quedar sumisa. Escribo en celo y así esa urgencia se multiplica, soy un cuerpo de mujer que se abre como un manantial de aguas cristalinas, que se desbordan en papel y corren fugitivas, son como estelas aguamarinas que bajan al jardín de los mortales.

De este modo soy mujer sujeto y no objeto, mujer escritora deseante de su propio texto, es como la práctica de un cuerpo que se escribe y por lo tanto sobrevive en la letra... de ese modo la palabra será la herramienta, aprendo a construir, pueblo los espacios, libero el grito, necesito poner al descubierto todas esas sensaciones de los personajes que me habitan, que dialoguen entre ellos, que digan palabras cotidianas, con crudeza, con impudicia, con ternura, con malicia, con deseo, con fuerza, con sutileza, que ellas expresen todo lo que sienten que digan lo que quieran decir.

Escribir desde la erótica, implica rescatar la afectividad y reivindicar la ternura, apostando por un ser humano integrado, en lo cual lo femenino y lo masculino sean territorios excluyentes y privados. Lo mismo ocurre con el deseo, hablar del deseo, del placer y del goce, es romper los antiguos paradigmas, es reafirmar la capacidad de amar que tenemos los hombres y mujeres, de poder transmitir las cosas que sientan en sus entrañas, su piel, su alma, es construir desde la poesía y la narrativa un mundo más humano, más real y más seguro.

No escribir para mi es castrante, carcelario, cruel, es un mundo absurdo, lleno de majaderías, de caretas, de inhibiciones y de miedos. No escribir es como dejar que los buitres coman mi carne. En cambio hacerlo, es donar mis órganos, mis caderas, mis muslos, que ellos imaginen y hagan lo que creen entender de mi obra. Cuando digo donar”, implica que ellos han agarrado el concepto, lo han internalizado y en algunos casos porqué no, lo han aplicado a su vida.

Cómo sopla el viento helado


Por qué te escondes
en el olvido?
Por qué vas cruel
a otros brazos?
Te conté entre líneas
de mis noches sola,
de la cruel ceremonia del olvido,
de los nombres que inventé
los amantes que fui,
que no fueron.

También te expliqué
cómo sopla el viento helado
en este otoño.

Cómo rompe el grito kundalini
sofocando la sensación de goce.
Pero ya ves… esto que queda
es el simple regateo de la nada,
pero resulta necio
decir que no te siento.

Ven! Rasga el velo!
tómame como una fiera,
que las marcas en mi piel
queden guardadas.
Recorre el camino a casa
inúndame con tu pasión oculta.
Navega en este río
de aguas peligrosas,
sin prisa, sin miedo
sin espanto. Tómame.

Conoce mis secretos
Has de mis caricias tu sino
y después que me ames
no podrás ya nunca sobrevivir
a tanta pasión
ni serás el mismo.



martes, 22 de julio de 2008

Arena resbalando, agua tocándome


Ayer noche buscando tu cuerpo en otro cuerpo
inútilmente creyéndolo pude abismarme
en la ciénega profunda de sus muslos,
porque así de loco es este mundo de los sentidos
que convierte en varón lo incontenible,
me sumerge entre sus
brazos
y aguas adentro navego en sus entrañas.

Qué locura adentrarme en ese cuerpo que no es el tuyo,
pero sabes?, es como un torbellino
cuando siento su cuerpo de arena marfil,
caliente junto al mío.

Qué bueno saber que la pasión
esa esclava cruel
me brinda otra razón para vibrar y saber que existo!
que acepta lo que la razón no entiende
que hace circular billletes falsos, sonriendo.

He visto frente a mí las aguas incontenibles
llegar hasta mi orilla,
la arena salpicando en mi regazo,
la arena cantando al oído,
arrasando con todos los recuerdos tuyos,
tapando las heridas, los abandonos
las miserias
y se abre su cuerpo como una caja…
avanza sobre la playa,
un pie como al descuido roza el mío,
arena estrepitosa se interna en mi piel
una mano se interna sobre la ingle
arena estrellándose,
arena tocando el pecho,
arena encima del mundo,
yo encima del mundo
es como una tempestad sobre los cuerpos.

Yo no haré nada amado, para aquietarme,
porque esto es algo que me lleva, me inunda
me apacienta, me contiene,
es como una tempestad estrellándose sobre mi boca,
tiene algo de furia, de incontenible, de perverso,
es él con su goce
yo junto al suyo.

Es como viento huracanado
que llega hasta a mi orilla
y no haré nada amado para aplacarlo,
cederé mi cuerpo como ofrenda,
como un rito de pies descalzos,
hubiera querido que no suceda,
pero ya vez,
borré de mi corazón
los vanos sueños
los inútiles sueños que me ataban
y no dejaré más abierta la ventana
sin estrellas,
sino que viviré maravillosamente
amando, amando, amando
cada cuerpo,
cada sal
cada rostro
porque esto es bueno y me sienta.

Por eso varón ven a mi puerta
que quiero!



lunes, 21 de julio de 2008

Yo que duermo a la orilla de tu cuerpo



Yo que duermo a la orilla de tus brazos
he soñado amor caer en el abismo,
en un sinsentido,
mi cuerpo desarticulándose
la boca comiendo viento y asombro.

¿Quién sos que solo al recordarte siento?
¿Con qué hilos tejes las sensaciones
que comiendo viento y asombro
aun en el vacío te pienso?

Yo que duermo a la orilla de tu abismo
tengo miedo amor caer en el vacío.
¡Ven! Quiero enredarme en tus brazos,
comer el lobulodelaorejalapiellosojoslamiel
que escapa- elixirdelapasión- tu sabia
comerloslabiosbajaraltoraxapenasrozarlapelvis
y que roces con tu cuerpo la redondez de las nalgas
la curvatura de mi cintura y subas luego hasta la espalda
los hombros, bajando y subiendo
enloqueciéndonos- enloqueciendo- los sentidos,
no caer nunca al vacío y si caigo arrastrarte conmigo
para comer estrellas caídas para comerte.
Pues si eres vacío, si eres sinsentido
yo también soy vacío e infinito
más sinsentido enloquecida!

¡Ven que quiero amarte ahora!
que no me falte tu cuerpo que no!
que no me falte la noche en que te vea,
que por ti muero, que me muero si no te veo si no te tengo.
Yo que duermo a la orilla d este hombre
tengo miedo amor de caerme en el abismo

viernes, 18 de julio de 2008

Donde cuelgo mi piel

Foto tomada del blog de speranza

De tus piernas largas como la noche
quisiera hacer un collar,
y atarlo por siempre a mi cuerpo,
enlazado a mis caderas,
pero no, creo que sería bueno
cambiar de imagen y hacer
de tus dorso un closet
y encerrarme por días
besándome tu y besándote yo,
alcanzar la cima del mundo
esa que recién acabamos
de descubrir.

De tu amor recién nacido
quiero darle a beber
leche y miel de mis pezones,
rozar tu cintura, tu espalda,
dar vuelta y subir, subir al cuello
y volver a bajar
y bajar
y dar la vuelta
y volver al pecho y abrir
tu corazón
y morder la pelvis
y clavarme en la efigie
empinada de tu cuerpo.

Ayy! Amor tu que naces
en mi... deja germinar
esto que me atrapa,
me humedece,
me decanta, me enamora
.





















































Debo dejar pronto esta ciudad en la que no nací pero que amo profundamente, en la que ha pasado feliz e infelizmente los últimos 21 años y me duele confesar que no quiero irme de acá por nada del mundo. Inventaré algo para quedarme.

Debo decir que cuando llegué dormía todos las tardes por el frío y no me acostumbraba a este pétalo de espanto que es la altura. La Paz con sus calles sinuosas me recibió de brazos abiertos, me acaparó en su pecho y me hizo suya. Con sus tenues lucecitas que se encienden o se apagan como un gran árbol de navidad. Con su infernal ruido de marchas, su caos, su magia, sus raíces, las subidas y bajadas que agigantan la presión y quitan el aliento. Debo confesar que no quiero irme.

Vivir en La Paz es descubrirla, para amarla y ya nunca dejar de sentir ese nexo, esa constante creencia de que habitarla es un ascenso al cielo. Para conocerla hay que tomar valor y descanso, pues llegar a todos sus barrios es imposible en pocos días. Mientras tanto habrá que aprovechar su extraña estructura de subidas y bajadas, respirar profundo por la nariz llevar el oxígeno hasta el estómago y luego exhalarlo suavemente y seguir sus ondulaciones como se sigue un cuerpo de mujer, perseguirla en sus nombres: Tembladerani, San Pedro, Sopocachi, San Jorge, Obrajes, Rosazani, Calacoto, San Miguel, Achumani, Cota-cota, Ovejuyo y sus Villas… villa Fátima, Villa Copacabana, Villa San Antonio, Kupini, Chasquipampa … viajar entre tantos nombres es emprender una travesía.

Esta ciudad que no es mía, al ser tan alta uno tiene que tomar aliento en cada tramo porque es un pétalo de espanto adherido a la ciudad. Tiene magia, encanto y transparencia por su cielo azul en invierno que cambia de color en la noche. Ayy! Que noche la noche paceña, es un universo de estrellas que la ilumina, por donde se mire se ven lucecitas intermitentes, fosforescentes, blancas, amarillas y opacas, que semejan luciérnagas y estrellas luminosas que asoman por todas partes, desde las casas de los cerros, los edificios, de todas partes salieron las luciérnagas y comienzan a arder entre las montañas como un gran camino de luz, agitada, rumorosa, chillona.

La Paz es también caótica, sinuosa y bulliciosa. Debe ser que la habitan tantas voces, personalidades y razas, por su corazón abatido de tanto auto, bullicio y energía, por las rabias ocultas que la habitan, por el sinsentido, el abandono y la miseria. Entonces La Paz parece cansada, se sacude como un elefante, se derrumba, agoniza y muere. Sus heridas no sangran, pero su piel va cayendo de a poquito como su tierra, ahogándolo todo. Es como un río revuelto que busca cambiar de cauce dejando a su paso miseria y abandono.

Esta ciudad que no es mía, la conocí cuando vine de Cochabamba en un intercambio de colegios, fue causalidad y a primera vista la sentí mía. Cuando me vaya echaré de menos tantos momentos y a lo mejor la reemplazaré por otra ciudad más gris, más monótona y huraña. Pensaré en Gatúbela pegando a Júpiter, a Nancy limpiando la pequeña alfombra, las noches de soledad y un vino añejo que quedó sin terminar porque no me gusta el vino, el humo del cigarrillo, el poema en las patitas del ordenador y los versos que no escribí porque no tuve valor y sentimiento. Las velas de colores que encendí en el angelódromo, los cuadros que compré a fuerza de trabajo, los domingos callados escuchando a Chavela Vargas, el olor a api, el humo del anticucho, el amor que perdí y los besos que se fueron por el sacudón de las almohadas, las noches de encantamiento y magia, las terapias de la Ruth hurgando en mi inconsciente y tejiendo historias no cerradas para volverlas a desarmar, las charlas con Gary Daher y Juan Carlos Ramiro Quiroga, sus risas escribiendo poemas, el café sin ajenjo que nunca tomamos, la mirada cómplice del amor que no fue porque no pudo ser. El hijo que no deseé y dejé partir, las ganas de arrancarme el alma o los ojos y comérmelos en un acto chamánico y de psicomagia, las ganas de abismarme, sucumbir, tirarme al vacío y comer viento. La Paz, que a empujones me retiene la lágrima del dolor que llevo aquí dentro, que suena a rebeldía, el dolor de mi cuerpo que me retiene en su corriente, que no sana, que no hay cuando alivie. Y esta casa que no es mía, de la que tendrán que sacarme arrastrándome como un gusano y a lo mejor con la fuerza pública.

En el aire se escucha un canto añejo de mi Sopocachi querido y sus notas dibujan la ciudad de La Paz que se deshoja como una margarita, o que se abre como una kantuta virgen que reparte generosa los colores fuertes de su naturaleza muerta


jueves, 17 de julio de 2008

Cadencias- caderas, mi profundo río- cuerpo- mío


No digas nada
solo siente el sonido de nuestros cuerpos,
que se mueven al ritmo del viento
al viajar en cometas,
chocar contra la luna,
explosionar en la esfera etérica del universo.

Siente como palpita el silencio,
como alumbra tu áurea mi piel hecha de mieles.
Hombre de mil estrellas,
de una sola ahora,
mío- de- mi.

Huele, come, bebe, toma de mí la leche cristalina,
la carne, músculos, piel, yemas,
dedos, manos, codos, pies, muslos, pelvis,
nalgas, ombligo, pechos, cuello, boca.

No digas nada
me basta con saber que existes,
toca, vibra con la sintonía
de manantial de río,
cadencias-caderas,
río turbio como el mamoré,
mi ancho, mi caudaloso,
mi profundo río-cuerpo mío
mis entrelazadas piernas
morenas-tuyas.

La pampa verde-miscabellos
que te enlazan, te calientan
mi sol-sol de moxos
que quema tu piel,
suda, llora, gime.
Mis pechos oscuros
como garzas morenas,
que besas, que comes,
sientes volar,
cuando cazas los pezones,
chillo al sentir-vuela al pasar tu lengua...
Más tarde un delfín rosado
se escapó hacia mi cuerpo,
zambulló en mi, jugueteó.

No digas nada...
me basta tu sonrisa,
después de la travesía
puedo morir en ti
puedo morir así!

miércoles, 16 de julio de 2008

Arena resbalando



Ayer noche buscando tu cuerpo en otro cuerpo
inútilmente creyéndolo pude abismarme
en la ciénega profunda de sus muslos,
porque así de loco es este mundo de los sentidos
que convierte en varón lo incontenible,
me sumerge entre sus brazos
y aguas adentro navego en sus entrañas.

Qué locura adentrarme en ese cuerpo que no es el tuyo,
pero sabes?, es como un torbellino
cuando siento su cuerpo de arena marfil,
caliente junto al mío.

Qué bueno saber que la pasión
esa esclava cruel
me brinda otra razón para vibrar y saber que existo!
que acepta lo que la razón no entiende
que hace circular billletes falsos, sonriendo.

He visto frente a mí las aguas incontenibles
llegar hasta mi orilla,
la arena salpicando en mi regazo,
la arena cantando al oído,
arrasando con todos los recuerdos tuyos,
tapando las heridas, los abandonos
las miserias
y se abre su cuerpo como una caja…
avanza sobre la playa,
un pie como al descuido roza el mío,
arena estrepitosa se interna en mi piel
una mano se interna sobre la ingle
arena estrellándose,
arena tocando el pecho,
arena encima del mundo,
yo encima del mundo
es como una tempestad sobre los cuerpos.

Yo no haré nada amado, para aquietarme,
porque esto es algo que me lleva, me inunda
me apacienta, me contiene,
es como una tempestad estrellándose sobre mi boca,
tiene algo de furia, de incontenible, de perverso,
es él con su goce
yo junto al suyo.

Es como viento huracanado
que llega hasta a mi orilla
y no haré nada amado para aplacarlo,
cederé mi cuerpo como ofrenda,
como un rito de pies descalzos,
hubiera querido que no suceda,
pero ya vez,
borré de mi corazón
los vanos sueños
los inútiles sueños que me ataban
y no dejaré más abierta la ventana
sin estrellas,
sino que viviré maravillosamente
amando, amando, amando
cada cuerpo,
cada sal
cada rostro
porque esto es bueno y me sienta.

Por eso varón ven a mi puerta
que quiero!


lunes, 14 de julio de 2008

Artículo sobre Roxana Sélum


29 de noviembre, 2004
Monólogo para tres, el arte de escribir relatos eróticos
(La Paz - La Razón)
La nueva entrega erótica de la beniana Roxana Sélum es una visita catártica y arriesgada a su intimismo.No hay peor pecado que la literatura que rompe trabas y tabúes, que nos lleva por los más recónditos escondrijos del alma, que ronda nuestras noches y puebla nuestros sueños.Los amantes de la literatura son capaces de morder una y otra vez el fruto prohibido. Son eternos adanes seducidos por una Eva que los tienta a probar la manzana del conocimiento y los alienta a romper con lo prohibido, sobre todo si eso que no está permitido no tiene ni la menor explicación.Quizá por ello el verdadero pacto entre el hombre del humanismo y el Diablo no sea el de Dorian Grey, pobre narciso enamorado de su espejo, sino el de Fausto a quien Mefistófeles le ofreció sabiduría a cambio de su alma.La literatura es pecado porque no está basada en la fe, sino en la imaginación, en la comunión entre un escritor y su lector a través de un objeto-fetiche que permite viajar sin moverse. Imaginemos entonces el doble “pecado” de escribir sobre erotismo.Por supuesto que este tipo de literatura es tan vieja como el arte de escribir lo es. A veces de manera encubierta otra de forma directa. Eros ha mostrado que goza de buena salud en las letras.Un ejemplo de ello es la obra de Roxana Sélum: Monólogo para tres y otros relatos.La escritora beniana muestra dos tipos de cuentos muy diferentes en esta reunión, por una parte Flor de azar que rescata el mundo mitológico de los pueblos orientales. Es a mi entender el más logrado de la serie porque es el rescate de una vieja tradición de sentarse a la vera de la calle a contar historias sobrenaturales.Los otros relatos son más intimistas y tienen que ver con amores y desamores.Un componente común recorre el conjunto de las narrativas propuestas por Sélum: la presencia de Tánatos acompañando al travieso Eros. Y es que muerte y sexualidad son dos caras de la misma moneda. Diferentes, pero inseparables. Justificables sólo en la existencia de la otra. Mundo de contrarios complementarios, acaso no decimos que el orgasmo mismo no es una sensación de muerte. ¿No es la realización de acto amatorio la posibilidad de vengarse de la muerte al lograr concebir vida que continúe más allá de nuestra existencia?Los cuentos de Peca Sélum muestra lo inauténtico de los sentimientos humanos, de quienes reclaman romper la rutina y sin embargo luego quieren que la quietud y la burocracia se apropien de la vida.Es también un grito desesperado por vivir apasionadamente y dando rienda suelta a nuestras sensibilidades “ahora que podemos” diría un popular cantante. “Queda poco tiempo y este tiempo hay que vivirlo”, dice la autora. Y es verdad.Sélum confiesa que escribe “en celo” y que a través de la literatura logra catarsis y libera su grito: “No escribir para mí es carcelario”. Y sale de su cárcel buscando confesarse ante el lector para logar la exculpación en forma de catarsis.Espero que algunas de esas sensaciones también visite a los lectores de esta obra.Jaime Iturri Salmónmonólogo para tres yotros relatosRoxana Sélum Yabeta.ed. Geisha. 46 págs.

Ritual de otoño



Hoy sin saberlo
sin saber que besarías mi cuerpo,
hice un rito frente al espejo,
coloqué el aroma de miel sobre los muslos,
recorrí los brazos y la espalda.

Mi torso, Acaricié suavemente
la aureola de los senos,
cubrí las grietitas del pezón
toqué el pubis de luna,
la redondez del ombligo,
la silueta toda,
y más tarde, recorrí su cuerpo con pasión salvaje,
como queriendo emprender un viaje sin retorno
en el que me fundo cada vez que te amo.

Toqué la curvatura de los tobillos,
subí besando los muslos,
la pelvis, el torso…
toqué su pecho que se abrió de pronto
como crisálida, sensitivo, cálido.
Volví a sus caderas y disfruté de su cuerpo
en movimiento.
Sentí su piel que se estremeció al rozar
pasar los labios, sentir la textura,
oler su perfume que huele bien
huele a miel.
Hoy he tocado su cuerpo con pasión extrema
como si fuera la última vez.
Como queriendo asirlo en el tiempo
lo besé tantas veces… hasta llegar a creer que nada más
existía en el mundo
los sostuve entre mis manos y me estremecí toda.

Acóplamae en tu muslo

“... acóplame en tu muslo, piérdete, estrújame, recórreme, asúmeme distinta, confúndete al unísono de nuestras respiraciones, enrédate en mi pelo, galópame, deshazme, olvídate un instante de tus culpas, asúmeme distinta”

viernes, 11 de julio de 2008

Esta sangre que nos une y nos derrota


Ayer vi tu cuerpo acongojado,
nublado de luna y vacío,
como cuando nos atraviesa una estampida
o una ráfaga hace estallar el corazón,
nos calla el asombro y
la soberbia...
nuestros cuerpos se abrazan desnudos
vulnerables,
escondidos de miedo,
de espanto.

Luego emerge tu voz
volviéndome firmemente a la razón
me impulsa a no callar, a no caer,
como si saliéramos de la ciénaga
malheridos,
entre las piedras, sirenas, escombros
la nada....
Ayyy! amor amante
aún duele el alma y los ojos,
no puedo digo
pero siempre tu voz suena firme
gritando,
amor amada vamos!
levantémonos,
la realidad nos golpea,
nos golpea duro,
el carmesí de las calles nos reclama
el escarlata en los hospitales nos grita,
entonces algo se inflama en mi pecho
y me doy cuenta que no solo somos pasión amor,
sueño, ternura,
también somos llanto y sangre
esta sangre que nos une y nos derrota,
somos rabia, espanto y miedo.

Somos dos para hacer el fuego
para soplar e incendiar lo nauseabundo
lo que apesta, lo que corroe
y que se atreva el mundo a matar
dos voces,
cuatro manos que aún pueden decir y hacer lo que sienten.

La Paz, 18 de febrero de 2003

Me diste la ternura



Me diste la ternura
la pasión el embeleso
las noches coloridas
el terrón de azúcar- miel,
el sueño del alba,
el sentir de la piel.
Las manos- el dorso desnudo,
pero también la tristeza del domingo,
la mano endeble perdiéndose,
el café frío en la noche de invierno.
Ahora me doy cuenta
que acercando mis sentidos a ti
Tu me envuelves…
te fundes como la hiel en un fruto amargo,
y el olor de la selva que te nombra.
Un atardecer en la moxitania,
el sol perdiéndose en la noche,
los nombres de otros nombres
que te nombran
un silbido de pájaros.
Ay! Amor
todo sobre ti vuelve a tocarme
vuelvo a sentir el galope
de mil potros
correteando en la pampa verde
verde río.

Ven! Líbrame de la noche insomne
de la muerte…
Sumérgeme en tu caricia,
retiéneme en tu pecho.
Haz un hueco en tu corazón,
guárdame, guárdame en ti
como la niebla.


La vida antes de tí...


Era monótona y cruel.
me abismaba,
abismarse también es morir un poco…
Pues bien, hay cosas que no te conté de mi
como por ejemplo:
¡Que yo también tengo miedo!

Amado hasta la orilla


Amado estoy a tu orilla
hermoso como árbol de mara
Fuerte como la palmera,
ningún viento la derriba
Resistes al sol y en ti anidan los pájaros.
tus muslos rosados como delfines
que juguetean en el río que es mi cuerpo.

En ti huelo el perfume

de los guayabos en flor
en tus pechos hay miel y en tus ojos las flores
de naranja y lima.
Pequeño-dulce- mi alto
hecho de romero y azafrán
tu piel es de limones.

Hoy me dije: Subiré al árbol del fruto del pan
a comer de sus amores
sea su calor como racimos de plátano
y sus besos como el líquido del cacao
dulce miel, jugo de lúcumas.
Haré una pausa en el camino y ahí me quedaré
en la mitad de ti,
tu ombligo cordón de plata
tu plexo el vientre,
más abajo la raíz fundamental.

Montaré en vilo cual amazona
y aferrada a tus cabellos
correré detrás de las garzas morenas
que se escapan a la pampa verde, verde río
Sean tus gemidos como música
y después no importa
que duermas así en mí,
quédate en mi
así,
así,
así.

Agosto 30 de Agosto de 2001