Hoy sin saberlo
sin saber que besarías mi cuerpo,
hice un rito frente al espejo,
coloqué el aroma de miel sobre los muslos,
recorrí los brazos y la espalda.
Mi torso, Acaricié suavemente
la aureola de los senos,
cubrí las grietitas del pezón
toqué el pubis de luna,
la redondez del ombligo,
la silueta toda,
y más tarde, recorrí su cuerpo con pasión salvaje,
como queriendo emprender un viaje sin retorno
en el que me fundo cada vez que te amo.
Toqué la curvatura de los tobillos,
subí besando los muslos,
la pelvis, el torso…
toqué su pecho que se abrió de pronto
como crisálida, sensitivo, cálido.
Volví a sus caderas y disfruté de su cuerpo
en movimiento.
Sentí su piel que se estremeció al rozar
pasar los labios, sentir la textura,
oler su perfume que huele bien
huele a miel.
en movimiento.
Sentí su piel que se estremeció al rozar
pasar los labios, sentir la textura,
oler su perfume que huele bien
huele a miel.
Hoy he tocado su cuerpo con pasión extrema
como si fuera la última vez.
Como queriendo asirlo en el tiempo
lo besé tantas veces… hasta llegar a creer que nada más
existía en el mundo
los sostuve entre mis manos y me estremecí toda.
como si fuera la última vez.
Como queriendo asirlo en el tiempo
lo besé tantas veces… hasta llegar a creer que nada más
existía en el mundo
los sostuve entre mis manos y me estremecí toda.
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