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jueves, 31 de diciembre de 2009

Un poquito de todo en el 2010

Mis amad@s hay muchas cosas que se desean al inicio de un nuevo año,
esta humilde servidora inspirada por las musas y los musos, les desea:
un poquito de la ternura de los niñ@s,
un destello de estrellas para alumbrar su universo,
una pizca de dulzura sacada de los terrones de azúcar miel
para que endulcen sus días tristes,
la alegría de los pájaros al amanecer;
las alas de mariposas para que se atrevan a volar;
y harta paz y fuerza interna
Yo no sé, afuera ocurren cosas terribles
el agua se está acabando y sin embargo llueve todo el tiempo,
las guerras siempre ocurren en algún alejado lugar del planeta,
se matan todo el tiempo y nacen sin cesar otras almas,
asesinan y violan todo el tiempo
y todos nos morimos por tenerlo todo.

Tu cuerpo es mi estancia


Tu cuerpo no es solo la piel que lo envuelve
color de ojos, boca que me aloca,
manos que distraen, que pasean,
que se estacionan en mis caderas de fuego.
Tu cuerpo es movimiento, sentimiento y forma:
Es mi estancia,
el sitio predilecto donde derramo mieles,
aroma de flores y guacanquis
¿Quiénes saben que es esto?
sólo nosotros.
Pero quiero ir hacia el monte
recorrer la selva
entrar, permanecer
y encontrarte como antes,
como entonces
Como cuando decías que era mucho el amor
que era muy grande para nosotros dos,
que era necesario regalar un poco
a esos pobres que andan sueltos,
y soltábamos palomas que viajaban
se posaban en los otros
y éramos nosotros dos y el mundo.
Tu cuerpo amor amante es mi tierra
no es sólo un paisaje, una ilusión
es mi casa, mi estación.
No entiendo cómo ni cuándo antes amé.
Es algo que me llena y me besa
que me quita los sueños
y me invade en la noche.
Es como una ola que se abalanza sobre mí.
Es una mano inquieta que pasea por mis piernas
mano buscándome
mano internándose
agua mojando
río desbordado
mar... inundando.

Tocaré la luna si quieres

Tocaré si quieres la luna,
y me dejaré llevar por su embeleso.
Pero no me pidas
que deje de tocarte a tí.

Morir lentamente de amor


El hombre dijo que la amaba toda,
la mujer se dejó amar.
Desde ese día sólo existía un ritual
dos cuerpos enalzados.
La mujer dijo que quería escapar
a tanto amor,
renunciar a tanto placer
porque después de todo
el final siempre le producía
un derrumbe, una muerte.
El hombre dijo que sí,
que él siempre moría un poco,
que cada vez ambos morían un poco,
que había que inventar otra forma de amar
menos exterminadora.
Entonces ensayaron con la ternura,
pero ella se daba cuenta que se debilitaba más
y de tan débil que estaba
murió un atadecer, desmadejada.
Desde ese día el hombre,
piensa que él es un murciélago,
un chupa sangre, que tiene que pagar
el hecho de seguir viviendo
sobre la sangre de la otra.
Lo que ambos nunca supieron
es que los anuló el pecado.


lunes, 14 de diciembre de 2009

Que quedó de tí

... y limpié de mis manos el polvo que quedó de tí

En otros brazos

Olvídate de mí
borra toda imagen, recuerdo o vestigio mío.
Olvida que yo te dí mi aliento, mi universo.
No des tregua a tu mente,
no me perdones nunca!
que cda cosa cruel que pienses
sea yo muriendo en tu inconsciente.
Borra mi sensación de tu pecho,
al recordar esa mano que subía y bajaba
dibujando tus labios,
la miel que escapaba de tus mis senos
y esa delicia cuando disfrutábamos
la cálida oleada de ternura
que recorría la espina dorsal,
el plexo solar, el corazón que se llenaba
y era como un estruendo,
un estallido, una explosión,
éramos vos y yo amor,
éramos nosotros.
La sublimación de eros
ya no cabe en mí
los lenguajes cambiaron,
los cuerpos son otros,
las ´sabanas arrugadas
ocupadas por otras pieles
saben de besos distintos,
cada uno por su lado,
cambiados por completo;
ya no desnudos para el otro
sino desnudos
para otros cuerpos.
Ya no te amo mi amor,
por eso no me perdones nunca!
no me des descanso
no me des ternura,
extírpame como un cáncer
entonces encontraré mi reino
y me iré a dormir
tranquila al fin
en otros brazos.

Cuando pasa el día

Cuando pasa el día que bueno es tenerte pegado a mi pecho,
al borde de la noche.
Créeme que es un remanso,
estar unidos por lazos de acero y miel;
los de acero nos atan,
los de miel nos dejan libres
para sentir aquello que desborda mis sentidos.
No sé si te diste cuenta, ahora que pasó el tiempo, las estaciones,
me volví más intensa.
Que gozo más el silencio, lo misterioso, lo oculto,
tu respiración, tu sombra
y el sudor que destila tu cuerpo.
Y presiento tu silueta al borde del grito
que hubo que callar para que los demás
no sientan rabia, agonía o tristeza
al notar este enredo de cuerpos sutiles
que viven, que viajan, que vuelan, que sienten y están vivos.
Creo que nada de lo andado
vale más que este momento.
Nada vale contra esta ternura abrasadoraçque sube por tu piel y por tus sienes,
ni la soledad, ese huracán que desata sueños e inventa ilusiones.

Diciembre

Existen días como éstos, en los que contemplo la página signada solamente por una figura maravillosa, una fotografía- de un cuerpo de mujer- porque de hombres hay muy poco- y me cuesta escribir, no se si por la horrenda desazón del desamor, por la falta de coraje, por los miedos y las dualidades, o simplemente porque se acercan las navidades y otro espíritu adormece la ciudad. Las caras ajetreadas de la gente que se agolpa por las calles caóticas de La Paz, la gente en las oficinas que se alocan, yo misma con mi parsimonia, mi pasmosa tranquilidad y mi mente que no descansa.

Es extraño, diciembre en la ciudad tiene mística. Diciembre que transcurre como aviones de piel seca que se van acumulando en el rostro. Es rápido. Pero el diciembre que festejamos no tiene nada que ver con el festejo real de lo que ocurrió. Y eso a esta altura de la evolución del planeta ya lo deberíamos saber.
Diciembre siempre me dice que hay que hacer balances, pero estoy harta de balances estúpidos, cuando cada año prometo que conseguiré tantas cosas, sin embargo, no siempre se cumplen, porque no está en nuestra decisión hacerlo, o le tiramos poca bola o no le ponemos el empeño. Sin embargo, considero que cumplí con la meta más importante: ser cada día mejor, amarme, evolucionar y hacer las cosas con mucho amor. Todavía no pude cumplir con lo más importante y es amar a los demás como a mí misma. Y eso ha sido imposible. Espero poder cumplir antes del 2012.

Vengo de tus manos... no sé hacia dónde voy.

martes, 8 de diciembre de 2009

Articulo- La erótica

Definir la erótica en mi obra literaria no es tarea fácil, porque nunca escribí pensando en la definición misma del concepto, sino que fui guiada por una suerte de Yo interno superior que me exigía y obligaba a sacar los potros que correteaban en mi mente, algo recóndito, no explorado. Algo que estaba ahí aflorando de a poco y que muchas veces intenté acallar debido a los tabúes y esas taras pueblerinas que se inventa la cultura patriarcal y la iglesia cristiana para hacernos sentir culpables y quitarnos el imaginario.
Escribo desde la perspectiva de mi propio cuerpo y el cuerpo del otro. Este oficio implica donar los órganos y donar los órganos en el sentido figurado; donar la piel, los pechos, el pubis, los labios, las manos, el ombligo, el dorso y los muslos, los ojos, en fin, donarse toda. Es describir la geografía de los cuerpos y plasmarlos en la hoja en blanco. Es donar los sentimientos y los pensamientos. Es transmutar todo el miedo a nuestra sexualidad y poder ejercerla sin tabúes, sin mitos, es algo divino y supremamente placentero. Es saber que lo que se transmite a través del lenguaje puede causar un raz en el corazón de alguien y erizar la piel de alguna persona que amaste, acelerar los sentidos de un lector y hacer sentir vivas a las lectoras.
La erótica tiene que ver con la recuperación del cuerpo, de ese cuerpo silenciado, del cuerpo trasgresor, de ese cuerpo que era quien reunía dentro de si todo lo "pecaminoso". Las mujeres escribimos en la medida que descubrimos nuestro cuerpo, por lo menos en mi caso pasa eso. Nuestro cuerpo archivo de traumas, desde donde vamos sacando, pariendo fantasías que tienen que ver con nuestros deseos, nuestros goces, aquello que deseamos y que pocas veces podemos transmitirlo. En ses sentido, no solo se trata de parirnos a nosotras mismas, sino de contribuir a la transformación de la mirada de los lectores y lectoras, de lograr que ellos y ellas descubran, por qué no el placer de un texto de mujer.
Escribir par mi es un espacio de liberación. El no hacerlo es castrante. Necesito contar y transmitir las fantasías que alborotan mi cabeza, necesito ser trascendida por el texto, palabras marcadas por mi propio jadeo de mujer que se niega a callar, a quedar sumisa. Escribo en celo y así esa urgencia se multiplica, soy un cuerpo de mujer que se abre como un manantial de aguas cristalinas, que se desbordan en papel y corren fugitivas, son como estelas aguamarinas que bajan al jardín de los mortales.
De este modo soy mujer sujeto y no objeto, mujer deseante de su propio texto, es como la práctica de un cuerpo que se escribe y por lo tanto sobrevive en la letra... de ese modo la palabra será la herramienta, aprendo a construir, pueblo los espacios vacíos, libero el grito, necesito poner al descubierto todas esas sensaciones de los personajes que me habitan, que dialoguen entre ellos, que digan palabras cotidianas, con crudeza, con impudicia, con ternura, con malicia, con deseo, con fuerza, con sutileza, que ellas expresen todo lo que sienten, que digan lo que quieran decir.
Escribir desde la erótica, implica rescatar la afectividad y reivindicar la ternura, apostando por un ser humano integrado, en lo cual lo femenino y masculino no sean territorios excluyentes y privados. Lo mismo ocurre con el deseo, hablar del deseo, del placer y del goce, es romper los antiguos paradigmas. Es reafirmar la capacidad de amar que tenemos las mujeres y los hombres, de poder transmitir las cosas que sienten en sus entrañas, en su piel, en su alma, es construir desde la poesía y la narrativa un mundo más humano, más real y más seguro
No escribir para mi es castrante, carcelario, cruel, es un mundo absurdo, lleno de majaderías, de caretas e inhibiciones y de miedos. No escribir es como dejar que los viejos buitres coman mi carne. En cambio hacerlo, es donar mis órganos, mis caderas, mis muslos, que los lectores y lectoras imaginen y hagan lo que creen entender de mi obra. Cuando digo donar implica que ellos han agarrado el concepto , lo han internalizado y en algunos casos por qué no, lo han aplicado a su vida.

Como dice Sade



Como rayas negras se han escrito en la piel
los besos candentes de una noche oscura del alma.
Como fuego, como fango, como finas hebras
quedaron en mi las caricias,
pero eso solo es lo imaginario,
porque como dice Sade han quedado marcas
como un orgasmo perverso
que no deja huellas, no marca, no mancha
porque es fácil borrarlas
con las marcas de otros besos.