Ayer vi tu cuerpo acongojado,
nublado de luna y vacío,
como cuando nos atraviesa una estampida
o una ráfaga hace estallar el corazón,
nos calla el asombro y
la soberbia...
nuestros cuerpos se abrazan desnudos
vulnerables,
escondidos de miedo,
de espanto.
Luego emerge tu voz
volviéndome firmemente a la razón
me impulsa a no callar, a no caer,
como si saliéramos de la ciénaga
malheridos,
entre las piedras, sirenas, escombros
la nada....
Ayyy! amor amante
aún duele el alma y los ojos,
no puedo digo
pero siempre tu voz suena firme
gritando,
amor amada vamos!
levantémonos,
la realidad nos golpea,
nos golpea duro,
el carmesí de las calles nos reclama
el escarlata en los hospitales nos grita,
entonces algo se inflama en mi pecho
y me doy cuenta que no solo somos pasión amor,
sueño, ternura,
también somos llanto y sangre
esta sangre que nos une y nos derrota,
somos rabia, espanto y miedo.
Somos dos para hacer el fuego
para soplar e incendiar lo nauseabundo
lo que apesta, lo que corroe
y que se atreva el mundo a matar
dos voces,
cuatro manos que aún pueden decir y hacer lo que sienten.
La Paz, 18 de febrero de 2003
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