Arrinconada como un ángel caído me siento
ante la página en blanco y las patitas del ordenador.
He sentido de pronto a las musas caer como la lluvia
las ondinas y las sirenas cantar en mis oidos clamando un poco de amor,
la tierra dando vueltas en un espasmódico orgasmo
buscando su polaridad femenina.
El viento huracanado golpeó con furia sobre los vidrios de la ventana,
las sílfides clamando por un poco de armonía
y el humano destruyendo todo a su paso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Un blog se alimenta de tus comentarios