Hay, en la espera, un cuerpo ansioso esperándote
los labios mudos, la piel que resiste al olvido,
los domingos grises y un rumor a viento que quiere llevarme.
4.
Y cuando anochece
un grito silencioso a la una de la mañana
que calla el placer en mi garganta mutilada
para que no canten ellos, los funestos sonidos del silencio
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