Mucho más allá del plano físico
en un laberinto mental, etéreo
donde es posible ser sutilmente feliz
sin sábanas arrugadas, ni muslos.
Todo sucede en un reflejo de la nada
tus ojos tu olor tu saliva
y allí donde antes fue
en medio de la noche te poseo
mientras tu juegas con otro cuerpo
los juegos nocturnos las pasiones.
De veras que poco me interesa
que tus muslos se duerman
enroscados a la geometría de otro cuerpo.
Yo los hubiera hollado
rozando apenas con las respiración
y te hubiera gustado disfrutar
que mis labios entreabiertos pudieran
seguir la travesía
en un viaje a la cadencia de los cuerpos.
Conozco muy bien lo que ganas
cuando te duermes en el goce.
Porque es exactamente lo que yo
habría hecho.
Este es el increíble juego
de las compensaciones
con que consuelo esta ruptura.
Continua entonces estrujando
tu cuerpo en el espejo de otro cuerpo
después de haber dormido
otra noche más sin mi.
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